Por Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Aunque la sorpresiva renuncia del papa Benedicto XVI es algo primerizo para la iglesia en siglos, esto también conduce a un complicado período de transición que termina en la elección de un nuevo papa.

Regulado por tradiciones antiguas y normas recientes, el período entre papas, conocido con el término en latín "interregno", comenzará exactamente a las 8 pm, hora de Roma, del 28 de febrero, fecha y hora que el papa Benedicto estipuló en una declaración que hizo el 11 de febrero para que la Sede de Roma y la Sede de San Pedro estuvieran vacantes.

Normalmente el interregno comienza con la muerte de un papa y es seguido por un período de luto.

Esta vez el papa renunciará a su ministerio y pasará un corto período de oración y reflexión en la villa papal de verano en Castel Gandolfo, al sur de Roma, antes de mudarse a un monasterio en el Vaticano.

Las reglas que gobiernan el interregno son cuestiones de derecho canónico, no dogma.

La constitución apostólica "Universi Dominici Gregis" confirma que mientras la Santa Sede esté vacante la iglesia universal es gobernada por el Colegio de Cardenales, que no puede, sin embargo, tomar decisiones normalmente reservados al papa. Tales asuntos deben posponerse hasta que el nuevo papa sea elegido.

Hasta que haya un papa, la Curia Romana, la red de oficinas administrativas del Vaticano,pierde la mayoría sus cardinales supervisores y no puede manejar ningún asunto nuevo.

El Colegio de Cardenales ha de tratar únicamente "asuntos ordinarios y asuntos que no puedan posponerse". Actualmente hay 209 cardenales y a todos ellos se les pide reunirse en Roma para ayudar a administrar el período de transición.

El Colegio de Cardenales hace esto a través de dos estructuras: una congregación general en que todos los cardenales han de reunirse diariamente y una congregación particular de cuatro miembros que consiste del camarlengo de la Santa Iglesia Romana, que es el cardenal Tarcisio Bertone, y un equipo rotativo de tres cardenales ayudantes.

Solamente los cardenales menores de 80 años de edad serán elegibles para votar durante el cónclave venidero. Cardenales que son mayores de 80 años en el momento de la "sede vacante", comienza 28 de febrero se excluyen de las actuaciones a puerta cerrada. Habrá 117 cardenales electores cuando la "sede vacante" comience.

Como camarlengo el cardenal Bertone ha de administrar de los bienes y los derechos temporales de la Santa Sede hasta la elección de un nuevo papa.

Mientras tanto, el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Angelo Sodano, está encargado de hacer los preparativos para un cónclave para elegir un nuevo papa y los cardenales deben establecer el momento para que el cónclave comience.

La palabra "cónclave" viene del latín, significando literalmente "con llave" y refleja la tradición anterior de encerrar a los cardenales en un espacio donde habían de pasar día y noche hasta la elección del nuevo papa.

El día fijado para la entrada en el cónclave los cardenales-electores se reúnen en la Basílica de San Pedro para asistir a la Misa matutina. Por la tarde caminan en procesión hasta la Capilla Sixtina, ubicada justo al norte de San Pedro.

La votación puede comenzar por la tarde con una papeleta; durante los días subsiguientes normalmente se realizan dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.

Un papa es elegido cuando él obtiene una mayoría de dos tercios, reflejando un cambio que el papa Benedicto estableció en el 2007 que efectivamente deshizo un procedimiento más flexible comenzado por el beato Juan Pablo II.

Según la nueva regla, la regla de mayoría de dos tercios no puede ser puesta a un lado ni siquiera cuando los cardenales-electores estén estancados.

Si los cardenales están estancados después de 13 días, pausan para un día de oración, reflexión y diálogo, entonces pasan a una segunda ronda de votaciones entre los dos candidatos que hayan obtenido más votos. Una elección papal continuará requiriendo una mayoría de dos tercios de los cardenales votantes.

Todas las votaciones son secretas, por escrito, en hojas de papel que son depositadas en un recipiente por cada elector y entonces contadas. Las papeletas son llevadas a cualquier cardenal que resida en el Domus Sanctae Marthae pero esté demasiado enfermo para ir a la Capilla Sixtina.

Después de cada ronda de votación matutina y vespertina las papeletas son quemadas.

Por tradición, pero no por regla general, estas son quemadas con sustancias químicas especiales para producir el humo negro que significa una votación inconclusa o el humo blanco si un nuevo papa fue elegido. Debido a pasada confusión mientras gente en la Plaza de San Pedro intentaba determinar qué color de humo provenía de la chimenea de la Capilla Sixtina, la campana de la basílica también es sonada para confirmar una elección exitosa.

Una vez que el nuevo papa haya sido elegido se le pregunta si acepta el puesto, se le exhorta pero no está obligado a hacerlo bajo la reglas actuales, y se le pide escoger un nombre.

Tradicionalmente el miembro de mayor edad entre los diáconos de los cardenales, actualmente el cardenal Jean-Louis Tauran con 69 años de edad, anuncia los resultados de la elección exitosa desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. Después que el nuevo papa se ha vestido con sotana papal, él procede hacia el balcón, desde donde saluda al público y ofrece su primera bendición.

En un momento designado por el papa, usualmente unos cuantos días más tarde, él abre oficialmente su ministerio con una Misa de investidura en San Pedro. El nuevo papa ya no es coronado con tiara papal, sino que recibe un palio, o estola, en reconocimiento de su autoridad.