Greg Schleppenbach

21 de abril de 2017

La campaña para legalizar el suicidio recetado por los médicos ha sidosabiamente rechazada por la mayoría de los legisladores de nuestra sociedad. La mayoría de la gente, más allá de su afiliación religiosa, sabe que el suicidio es una tragedia terrible, una que la sociedad compasiva debería buscar prevenir. La gente sabe que permitirles a los médicos recetar los medios para que cualquiera de sus pacientes se suicide implica corromper el arte de curar.

Pero los proponentes del suicidio asistido, como el grupo de nombre engañoso "Compassion & Choices" (Compasión y opciones, C&C, sigla en inglés), han renovado su agresiva campaña nacional mediante la legislación, litigación y publicidad, dirigiéndose a estados que consideran más susceptibles a su mensaje. Por lo tanto, la batalla contra el suicidio asistido a cargo de los médicos continúa teniendo lugar en varios frentes.

En 1994, Oregon se convirtió en el primer estado en legalizar el suicidio asistido por los médicos. La campaña de suicidio asistido ha avanzado desde entonces para legalizar la práctica mortal en Washington, Vermont, California, Colorado y el Distrito de Columbia. La corte suprema de Montana, si bien no legaliza oficialmente la práctica, sugirió en 2009 que podía permitirse en algunas circunstancias.

Los defensores del suicidio asistido presentaron una legislación similar en 27 estados este año. Gracias a Dios, muchos de estos proyectos de ley han sido, o serán, descartados. Pero varios estados enfrentarán graves amenazas, incluyendo Hawaii, Maine, Nueva York y Nueva Jersey. También están acudiendo a las cortes para revocar leyes que prohíben la práctica, con juicios pendientes en Nueva York, Hawaii y Massachusetts.

El Congreso de EE. UU. se sumó al debate cuando el Consejo Municipal de Washington, D.C. aprobó una ley legalizando el suicidio asistido en noviembre de 2016. Nuestra Constitución le otorga al Congreso control final sobre las leyes de D.C. y existen esfuerzos por la anulación de dicha ley. Pero, ya que el Congreso no ha tratado el suicidio asistido por muchos años, los miembros necesitan que los electores los eduquen sobre por qué el suicidio asistido es peligroso para los pacientes y sus familias.

Otro campo de batalla se da en la profesión médica. La tradicional oposición al suicidio asistido por parte de las asociaciones médicas ha sido esencial para preservar las leyes en contra de la práctica. Es por ello que C&C se está infiltrando en asociaciones médicas para instarlas a abandonar la oposición y adoptar una posición neutral. El movimiento hacia una posición neutral por parte de las asociaciones médicas en Oregon, Vermont y California ayudó a preparar el camino para la legalización del suicidio asistido en esos estados. Y ahora la Asociación Médica Americana está considerando si debe cambiar su posición de décadas en contra del suicidio asistido y permanecer neutral.

Una manera de contrarrestar el esfuerzo de C&C es preguntándole a su médico cuál es su posición respecto del suicidio asistido. Si se opone, agradézcale su postura e ínstelo a hablar en contra de las prácticas con sus asociaciones médicas, la legislatura de su estado y el Congreso. Si la respuesta es el "apoyo", intente ayudarlo a cambiar de opinión y, si no lo hace, busque un médico nuevo, dejándole saber por qué cambió de médico.

Los términos eufemísticos como "ayuda para morir", "compasión" y "opción" disfrazan la realidad de que el suicidio asistido es una acción mortal: médicos que recetan una droga letal para suicidarse con una sobredosis. Lejos de promover la compasión o la opción, el suicidio asistido promueve la discriminación, creando dos clases de personas: aquellas cuyos suicidios intentamos prevenir y aquellas cuyos suicidios asistimos.

La evidencia muestra que legalizar el suicidio asistido puede reducir el acceso a cuidados de final de vida de calidad, ejercer presión sobre los pacientes y sus familias y hacerlos vulnerables a abusos por parte de las compañías de seguros, entre muchos otros peligros. Se necesita su ayuda para exponer estos y otros peligros. Obtenga hojas con datos, videos y otros materiales disponibles en www.usccb.org/toliveeachday, www.patientsrightscouncil.org y www.patientsrightsaction.org (vea "Herramientas").


Greg Schleppenbach es director asociado del Secretariado del Actividades Pro Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para leer la declaración de 2011 de los obispos de EE. UU. sobre el suicidio asistido y materiales relacionados, visite: www.usccb.org/toliveeachday.