Financiación de los contribuyentes y Planned Parenthood

 

Vicki Evans

 

1 de abril de 2011

Hay mucha información y desinformación que gira alrededor de la Enmienda Pence y sus posibilidades de cerrar definitivamente Planned Parenthood. Para parafrasear a Mark Twain, la desaparición de Planned Parenthood es muy exagerada, especialmente por parte de Planned Parenthood misma.

La Enmienda Pence es la enmienda No. 11 a la Partida presupuestaria de la Cámara, HR 1. Niega financiación a Planned Parenthood of America y 102 de las filiales de la organización. Las enmiendas relacionadas a la HR 1 eliminarían el financiamiento para los programas del Título X, prohibirían las asignaciones federales y locales para pagar abortos en el Distrito de Columbia, prohibirían el financiamiento para el Fondo de Población de la ONU y prohibirían el financiamiento de organizaciones no gubernamentales extranjeras que promuevan o realicen abortos como método de planificación familiar. Estas enmiendas se introdujeron porque los estadounidenses, independientemente de cómo se sientan con respecto al aborto, por lo general no tienen ganas de subsidiarlo con el dinero de sus impuestos, especialmente en el extranjero y especialmente en esta economía.

La reacción de Planned Parenthood fue rápida e intensa. La propuesta de Pence sola reduciría un 48 por ciento la cantidad de sus pacientes, o 1.4 millones de personas, de su fuente de atención de la salud, afirmó la organización.

Pero demos una mirada más de cerca a otras fuentes de ingresos de Planned Parenthood y a los servicios que brinda.

Planned Parenthood recibe aproximadamente un tercio de sus ingresos de entradas de la clínica, un tercio de aportes y subsidios y un tercio de fuentes gubernamentales. Según su reporte anual más reciente, realizó 324,008 abortos en el año 2008, lo que representa un 27 por ciento de todos los abortos en
EE. UU. ese año. El aborto representó $152 millones, o 37.5 de su ingreso total de clínica de $405 millones. El aborto es la actividad más rentable de Planned Parenthood. Los anticoncepción, la esterilización, las pruebas de embarazo, de VIH y ETS, pruebas de cáncer y una cantidad en aumento de abortos químicos con RU486 conforman el resto de los ingresos de la clínica.

La organización recibe aportes y subsidios del público en general y de grandes fundaciones tales como las fundaciones John D. Rockefeller y Bill and Melinda Gates. Debido a que Planned Parenthood es una organización sin fines de lucro según el código impositivo federal, los donativos que se le hagan son deducibles como aportes de beneficencia.

Es un error popular pensar que las organizaciones sin fines de lucro no tienen ganancias; simplemente no están sujetas al impuesto a las ganancias sobre los ingresos superiores a los gastos. Sin accionistas, este excedente se reinvierte en operaciones. Planned Parenthood reportó ingresos de más de $63.4 millones el año pasado, los cuales bajaron de los $85 millones del año anterior.

En su año fiscal más reciente, Planned Parenthood recibió $363 millones de fuentes gubernamentales. La mayor parte fue de dos programas federales: Título X y dispensas de Medicaid.

El Congreso aprobó el Título X de la Ley de Servicios de Salud Pública en 1970 para controlar el crecimiento de la población mediante la distribución de anticonceptivos a familias de bajos ingresos.  Planned Parenthood es la mayor receptora de financiación del Título X.

El programa de dispensas de Medicaid comenzó en 1993, cuando el Departamento de Salud y Servicios Humanos renunció, con el fin de recibir anticonceptivos gratuitos, a sus límites de ingresos usuales para calificar para los beneficios de Medicaid, un programa para personas y familias de bajos ingresos que reúnan los requisitos, financiado de manera conjunta por los gobiernos estatales y federal y administrado por los Estados. Aunque la ley estipule que los fondos de cualquiera de los programas no puede usarse para abortos, los Estados tienen la libertad de usar sus propios fondos para pagar abortos “médicamente necesarios” para los beneficiarios de Medicaid. Un informe del Guttmacher Institute indica que 20 por ciento de los afiliados a Medicaid informan haber usado Medicaid para pagar abortos.

Como cuestión práctica, los fondos gubernamentales concedidos a Planned Parenthood para un fin específico, restringido y que no sea un aborto como los gastos del Título X, por ejemplo, resultan en la liberación de otros fondos no restringidos para financiar su segmento de abortos a su criterio. Esto se convierte en una cuestión sobre de qué bolsillo salen los dólares.

El gobierno ayudó a Planned Parenthood a convertirse en una empresa de mil millones de dólares durante los últimos 40 años. Si Planned Parenthood no continúa ofreciendo atención médica a mujeres pobres, incluso sin financiación adicional del gobierno, es porque no lo hará, no porque no pueda. Tiene los recursos para hacerlo.



Vicki Evans es la coordinadora de Respetemos la Vida en la oficina arquidiocesana de San Francisco para Política Pública y Asuntos Sociales, y contadora pública. Recientemente se graduó de la Universidad Pontificia Regina Apostolorum en Roma con una licenciatura en Bioética.

 

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