La Iglesia: Fuente de esperanza y libertad

Kimberly Baker

9 de noviembre de 2012

Estamos viviendo un tiempo muy especial para la Iglesia. Recién hemos comenzado el Año de la Fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI para ser observado en todo el mundo desde el 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de 2013. El Año de la Fe es una gran oportunidad para reexaminar y apreciar de nuevo el valor y la belleza de las enseñanzas de la Iglesia y para fortalecer nuestro compromiso de vivir nuestra fe católica. En enero de 2012, la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano emitió algunas recomendaciones para ayudar a los católicos a vivir este tiempo de gracia. Algunas de las recomendaciones son especialmente alentadoras para el testimonio pro vida.
 
Una recomendación enfatiza la devoción a María, modelo de virtud. Vemos a María como modelo de la verdadera mujer y ejemplo de fidelidad y confianza en Dios. Tiene una importancia especial en los esfuerzos pro vida, porque ella misma llevó al Jesús por nacer en su seno y es una representante consoladora de la ternura y la misericordia de Dios. María siempre nos eleva más alto y nos lleva a Cristo. Su grandeza reposa en su humildad, y su reflejo radiante del amor de Dios al mundo.

Una segunda recomendación pide un estudio renovado de los documentos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica. Dos de los conceptos más inspiradores expresados en el Concilio Vaticano II son la apertura de la Iglesia hacia el mundo, y su preocupación sincera por el desarrollo auténtico de la persona. Esto se expresa de una manera bella en el documento del Concilio Gaudium et spes: “La Iglesia sabe perfectamente que su mensaje está de acuerdo con los deseos más profundos del corazón humano cuando reivindica la dignidad de la vocación del hombre […] Su mensaje, lejos de empequeñecer al hombre, difunde luz, vida y libertad para el progreso humano” (Nº 21). La enseñanza de la Iglesia de que cada persona fue creada a imagen y semejanza de Dios y posee una dignidad y valor increíbles está en el seno del mensaje pro vida, y comprender este concepto nos motiva y nos libera.

Una tercera recomendación anima a los católicos a compartir su fe de manera abierta y gozosa con otras personas, guiando a los demás hacia Cristo con su ejemplo personal. La perspectiva secular, competitiva y funcional presente en nuestra sociedad define de manera estricta el valor de una persona por lo que puede aportar o lograr. En un contraste muy marcado, la perspectiva católica ofrece una visión alentadora de la persona que se ve claramente en los esfuerzos pro vida.

En el trabajo pro vida, el enfoque en el carácter sagrado de la persona y la dignidad de cada individuo se enfatiza de manera constante para la madre y su hijo por nacer, para los ancianos, los enfermos y discapacitados, para los más débiles y los miembros más vulnerables de la sociedad, y para cada uno de los seres humanos. El testimonio pro vida constituye una parte importante de compartir la fe porque da esperanza a muchas personas que de otro modo se sentirían rechazadas, ignoradas y no queridas. Cada uno de nosotros puede ser un instrumento del amor de Dios hacia los demás, dondequiera que estemos.
 
En su carta Motu Proprio de octubre de 2011 para ayudar a los católicos a prepararse espiritualmente para el tiempo especial de gracia que es el Año de la Fe, el Papa Benedicto XVI dice : “La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo” (Nº 7). Si dedicamos tiempo para ahondar en las riquezas de nuestra fe y descubrir más profundamente la esperanza y belleza que nos ofrece la Iglesia, inspirará nuestros esfuerzos pro vida y fortalecerá nuestro testimonio para el resto del mundo.

Para obtener más información sobre el Año de la Fe, visite www.usccb.org/beliefs-and-teachings/how-we-teach/new-evangelization/year-of-faith.



Kimberly Baker es asistente ejecutiva para el Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información sobre las actividades pro-vida de los obispos, visite www.usccb.org/prolife.