El verdadero significado y propósito delmatrimonio se ha confundido en los últimos 40 años. Esta confusión ha provocado que muchas personas jóvenes se casen por motivos equivocados o que decidan no casarse. Aunque el matrimonio es un sacramento, es vital que aprendamos a usar lenguaje no religioso para explicarles a nuestros hijos y amigos qué es el matrimonio de manera que transmitan apropiadamente su verdad y belleza.

En realidad, el matrimonio une a un hombre y a una mujer, y a los hijos que nazcan de esta unión.

Las encuestas demuestran que la gente piensa que el matrimonio es solamente el reconocimiento de una relación amorosa comprometida y que beneficia principalmente a los cónyuges. Sin embargo, el matrimonio es mucho más que eso. Las influencias negativas responsables incluyen el divorcio sin asignación de culpa, que implica que el matrimonio tiene como condición la felicidad y la realización de los adultos, y separa el sexo de la procreación y del matrimonio.

El deterioro del matrimonio ha llegado a un punto crítico. Hoy más del 50 por ciento de las mujeres menores de 30 años que da a luz no está casada. Según los sociólogos, el aumento en la cantidad de niños que viven en la pobreza, en hogares sin padre y que sufren abusos y negligencia está relacionado con el cambio de actitud acerca del matrimonio. El fenómeno del deterioro del matrimonio se ha difundido rápidamente a la clase media estadounidense y está afectando a casi todas las familias extendidas.

Los esfuerzos por revertir la tendencia actual deben ser una prioridad en materia de justicia social para cada ciudadano y una preocupación fundamental para cada padre. ¿Quién elegiría que sus nietos sufrieran la falta de una madre y un padre unidos en matrimonio, o que sus propios hijos se convirtieran en padres solteros?

Para reconstruir una cultura cristiana –y en este caso, una cultura del matrimonio– no debemos juzgar a los demás sino que debemos iniciar nuestra propia conversión. La conversión es un camino, no un destino. Ese camino es esencial para la Nueva Evangelización y la razón por la que el Papa Benedicto XVI declaró el Año de la Fe.

El hijo tiene derecho a ser... educado en el matrimonio: sólo a través de la referencia conocida y segura a sus padres pueden los hijos descubrir la propia identidad y alcanzar la madurez humana. Los padres hallan en el hijo... el signo permanente de su unión conyugal, la síntesis viva e indisoluble de su dimensión paterna y materna.

Donum vitae, no. 1
Para evangelizar la cultura, comenzando en nuestra propia familia, es crucial estudiar y transmitirles a nuestros hijos la doctrina de la Iglesia sobre el amor, el matrimonio y la sexualidad, pero también presentarla en términos no religiosos que revelen su verdad, belleza y virtud. Sin importar lo mucho que conozcan el Catecismo, los jóvenes son vulnerables a aceptar ideas contradictorias que parecen razonables y atractivas. Muchos ahora solo aceptan los aspectos de la doctrina de la Iglesia que guardan relación con su propia experiencia. Cultivar una fe más profunda y una mayor confianza exige poner a prueba y verificar lo que la Iglesia enseña.1

Verificar la realidad del matrimonio

Es importante recordar que las cosas no son verdaderas porque están en el Catecismo. Están en el Catecismo porque son verdaderas. La doctrina de la Iglesia no da forma a la realidad; nos ayuda a comprenderla mejor. El matrimonio, como parte integral del plan de Dios para la creación, es una realidad que se puede verificar sin el beneficio de la revelación. "Padre… has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has dado a conocer a los pequeñitos", dijo Jesús (Lc 10,21).Ver el matrimonio desde la perspectiva delniño dentro de nosotros revela su verdad.

Nuestra propia experiencia nos enseña.Todos tenemos el deseo de conocer a nuestropadre y a nuestra madre, a relacionarnos conellos y ser amados por ellos, sin importarcuál sea nuestra relación con ellos. Esta experienciadel plan de Dios para la creación esparte de nuestra naturaleza.

¿Por qué la gente adoptada se pregunta acercade sus padres biológicos y los niños dedonantes de esperma buscan a la persona quelos engendró y a sus medio hermanos?

Los padres, las madres, los hermanos y lashermanas no son meros aportes biológicos,son parte de nuestra identidad. Toda personatiene derecho a formar parte de una familia,a nacer de una madre y de un padre unidosen matrimonio.2

Definición del matrimonio

Debido a la confusión actual sobre el matrimonio, a muchos les cuesta expresar qué es el matrimonio de una manera que destaque su verdad y su virtud. El matrimonio es y hace lo siguiente:

El matrimonio une a un hombre y a una mujer, y a los hijos que nazcan de esta unión.

Este hecho debe reconocerse y no puede cambiarse

(Catecismo §1601-1603). Expresa la procreación, la complementariedad, la maternidad y la paternidad, el parentesco, la cualidad de ser irreemplazable y el bien de los cónyuges y de los hijos. Incluso incluye el potencial dolor a causa de la infertilidad. No todo matrimonio tiene hijos, pero todo niño tiene un padre y una madre.

Esto revela por qué el matrimonio ha sido reconocido por toda cultura, sociedad y religión, cada una con su propia esfera de interés y conocimientos. Ante la ley, el matrimonio crea la única institución civil que une a los niños con sus madres y padres, y ofrece la única autoridad para promoverlo por el bien común. La Iglesia ofrece una comprensión más profunda de esta misma realidad, que fue elevada a sacramento por la entrega absoluta de Cristo en la cruz para nuestra salvación y por la comprensión de Su relación con Su novia, la Iglesia.

La belleza del matrimonio revelada

En el matrimonio, un hombre y una mujer eligen libremente convertirse en irreemplazables el uno para el otro. Esta elección los prepara para recibir el regalo de una nueva vida que tiene el mismo valor y dignidad que la suya. El niño es irreemplazable para ellos y ambos son irreemplazables para el niño. El matrimonio comienza el círculo de lo irreemplazable, de lo que llamamos familia.

Lo mismo se aplica en la adopción. El matrimonio prepara al hombre y a la mujer para recibir al niño en su círculo de lo irreemplazable y ocupar para siempre el lugar de la madre y el padre que el niño perdió.

El matrimonio, visto a través de los ojos del niño, es muy bello. Para reconstruir una cultura del matrimonio, se tiene que restaurar y promover la verdad sobre el matrimonio de modo que más hombres y mujeres elijan la unión marital para que sea la piedra angular de sus familias.

Es un imperativo de la justicia social, la política pública, la educación, el entretenimiento y los medios de comunicación que todos promuevan la importancia de que los hombres y las mujeres se casen antes de tener hijos.



William B. May es autor de Getting the Marriage Conversation Right, a Guide for Effective Dialogue y es presidente deCatholics for the Common Good, un apostoladopara la evangelización de la cultura.(www.ccgaction.org).

1Dwight Longenecker, "The Risk of Faith," The Veritas Series (New Haven, CT: Knights of Columbus Supreme Council, 2008), https://www.kofc.org/un/en/resources/cis/cis332.pdf (visita el 17 de mayo de 2013).
2Donum vitae (Instrucción sobre el Respeto por la Vida Humana en su origen y sobre la dignidad de la procreación), Congregación para la Doctrina de laFe (1987).