Lecturas de Hoy

Memoria Opcional de San Pancracio, mártir

Lectionary: 563

Común de mártires

Primera lectura

Apoc 19, 1. 5-9
Yo, Juan, oí algo parecido a la voz potente de una gran muchedumbre, que decía en el cielo: ""¡Aleluya! Nuestro Dios es un Dios salvador, lleno de gloria y de poder"".

Y del trono de Dios salió una voz que decía: ""Alaben a nuestro Dios, todos sus siervos, los que lo temen, pequeños y grandes"".

Oí entonces algo como el rumor de una muchedumbre inmensa, como el estruendo de un río caudaloso y el retumbar imponente de los truenos. Decían: ""¡Aleluya!"" El Señor, Dios nuestro, todopoderoso, ha establecido su reinado. Llenémonos de gozo y alegría y alabemos la grandeza del Señor, porque ha llegado el tiempo de las bodas del Cordero, y su esposa ya está preparada. Dios le ha concedido vestirse de lino finísimo y deslumbrante"". El lino representa las obras bue­nas de los santos.

Entonces un ángel me dijo: ""Escribe: 'Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero'"".

Salmo Responsorial

Del Salmo 102
R. (1a) Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía,
y todo lo que soy, su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía,
y no eches olvido sus favores.
R. Bendice al Señor, alma mía.
Pues el Señor perdona tus pecados
y tus dolencias cura;
él rescata tu vida del sepulcro
y te colma de amor y de ternura.
R. Bendice al Señor, alma mía.
El Señor es clemente y bondadoso,
lento al enojo. Pronto a la indulgencia;
no está siempre acusando
ni su rencor por siglos alimenta.
R. Bendice al Señor, alma mía.
Como un padre amoroso con su hijo
así es tierno el Señor con quien lo quiere;
pues sabe bien de lo que estamos hechos
y no olvida que somos barro débil.
R. Bendice al Señor, alma mía.
El amor del Señor
por siempre permanece,
y su justicia llega hasta los hijos
y a la generación siguiente
de los hombres que cumplen con su alianza
y sus leyes recitan y obedecen.
R. Bendice al Señor, alma mía.

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino
a la gente sencilla.
R. Aleluya.

Evangelio

Mt 11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó: ""¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre; nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera''.

 

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.