Una Familia, Muchas Familias: Ministros Laicos en una iglesia culturalmente diversa desde la Evangelii Gaudium

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Una Familia, Muchas Familias: Ministros Laicos en unaiglesia culturalmente diversa desde la Evangelii Gaudium

Andrea Blanco y William Cardona

Hablar de diversidad cultural en la iglesia católica, es repetir una y otra vez, la fiesta de Pentecostés, cuando los apóstoles que estaban allí reunidos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas (Hechos de los Apóstoles 2, 1-4) proclamando sin miedo el nombre de Jesús y asumiendo de manera radical el rol de discípulos misioneros, tema central que el V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina está profundizando este año desde la base, a través de las cinco sesiones que presenta la guía de trabajo.   

En algunas de las parroquias católicas de los Estados Unidos, se vive este pentecostés cuando en sus templos o salones de clase, los sacerdotes celebran la liturgia dominical y los ministros laicos,  llevan a cabo la formación y servicio en lenguas correspondientes a las culturas existentes en sus comunidades locales como: el inglés, francés, italiano, creole y español; éste último, siendo el grupo cultural más grande, ya que está presente en todas las diócesis, constituyendo el 35% de los católicos en los Estados Unidos.

Es de gran alegría saber que estamos en el camino de una iglesia diversa, bien entendida, ya que "la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia" como lo menciona el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (EG, 117). Somos muchas familias, "distintos pueblos que experimentan el don de Dios según su propia cultura" (EG, 116) y devociones populares, que distinguen a nuestros países y a la forma en cómo vivimos la experiencia de fe en Jesús Resucitado, inmersos en una sola familia: la Iglesia Católica, donde ella "expresa su genuina catolicidad." (EG, 116)

A la vez, es importante saber que como en toda familia, estamos expuestos a enfrentar desafíos; situaciones que en ocasiones no permiten vivir la fe en comunidad, sino que causan que muchos miembros de la familia (la Iglesia) se vayan del hogar.

Sin duda alguna ese tipo de preguntas denotan la importancia de formar desde la sensibilidad intercultural, en un primer momento, a todas las personas que cumplen un rol de servicio y que son la primera imagen de la parroquia, como son los ministros laicos (directores de formación, coordinadores de ministerios, agentes pastorales; servidores, entre otros); de tal manera, que podamos ser comunidades de "encuentro" con las puertas abiertas, donde el Evangelio se exprese y se viva en muchos idiomas y contextos culturales.

Proponemos desde nuestra experiencia pastoral, llevar a cabo un diagnóstico de nuestra realidad como ministros laicos, de lo que es y no es servicio, a las muchas familias con rostros y lenguajes diferentes que llegan a la gran familia eclesial, tomando como base elementos de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, que expondremos a continuación. Nuestra intención es hacer juntos un examen de conciencia de lo que estamos haciendo incorrectamente, corregirlo y fortalecer las cosas buenas en nuestro ser y quehacer como colaboradores de la viña del Señor.    

Lo que no es un ministro laico:

  1. Es individualista: "Así, pueden advertirse en muchos agentes evangelizadores, aunque oren, una acentuación del individualismo, una crisis de identidad y una caída del fervor. Son tres males que se alimentan entre sí." (EG, 78)

  2. Es acomplejado: "Muchos agentes pastorales desarrollan una especie de complejo de inferioridad que les lleva a relativizar u ocultar su identidad cristiana y sus convicciones. Se produce entonces un círculo vicioso, porque así no son felices con lo que son y con lo que hacen, no se sienten identificados con su misión evangelizadora, y esto debilita la entrega." (EG, 79)

  3. Actúa como si los demás no existieran: "Es actuar como si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran, soñar como si los demás no existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran. Llama la atención que aun quienes aparentemente poseen sólidas convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás en la misión." (EG, 80)

  4. No hace tareas apostólicas: "Cuando más necesitamos un dinamismo misionero que lleve sal y luz al mundo, muchos laicos sienten el temor de que alguien les invite a realizar alguna tarea apostólica, y tratan de escapar de cualquier compromiso que les pueda quitar su tiempo libre." (EG, 81)

  5. No le gusta el contacto con el pueblo: "Perder el contacto real con el pueblo, en una despersonalización de la pastoral que lleva a prestar más atención a la organización que a las personas, y entonces les entusiasma más la «hoja de ruta» que la ruta misma." (EG, 82)

  6. Es una momia: "Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del corazón como «el más preciado de los elixires del demonio." (EG, 83)

  7. Tiene cara de vinagre: "Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre." (EG, 84)

  8. Se siente superior a los otros: "Sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar." (EG, 94)

  9. Es vanidoso: "Nos entretenemos vanidosos hablando sobre «lo que habría que hacer» —el pecado del «habriaqueísmo»— como maestros espirituales y sabios pastorales que señalan desde afuera. Cultivamos nuestra imaginación sin límites y perdemos contacto con la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel." (EG, 96)

  10. Se obsesiona por la apariencia de los demás: "Quien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia." (EG, 97)

  11. Busca poder y prestigio: "La mundanidad espiritual lleva a algunos cristianos a estar en guerra con otros cristianos que se interponen en su búsqueda de poder, prestigio, placer o seguridad económica." (EG, 98)

  12. Se cree diferente y especial: "Algunos dejan de vivir una pertenencia cordial a la Iglesia por alimentar un espíritu de «internas». Más que pertenecer a la Iglesia toda, con su rica diversidad, pertenecen a tal o cual grupo que se siente diferente o especial". EG 98

  13. Es envidioso: "¡Atención a la tentación de la envidia! ¡Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto!" (EG, 99)

  14. Es permisivo: "Consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?" (EG, 100)

Lo que es un ministro laico:

  1. Es alegre: "La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría." (EG, 1)
  2. Se mezcla con el otro: "Transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación. De este modo, las mayores posibilidades de comunicación se traducirán en más posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos." (EG, 87)

  3. Es misericordioso: "El Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo." (EG, 88)

  4. Pertenece a toda la iglesia: "Pertenecer a la Iglesia toda, con su rica diversidad" EG 98

  5. Es testimonio de comunión: "A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente." (EG, 99)

  6. Cuida del otro: "Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis." (EG, 99)

  7. Se alegra por el éxito ajeno: "Alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos". EG 99

  8. Ama a los demás: "¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo!" (EG, 101)

  9. Reza por el otro: "Rezar por aquel con el que estamos irritados es un hermoso paso en el amor, y es un acto evangelizador. ¡Hagámoslo hoy! ¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!" (EG, 101)

 


William Cardona-Arias and Andrea BlancoAndrea Blanco y William Cardona, son autores de programas de formación y liderazgo en Pastoral Familiar Hispana en los Estados Unidos. Han sido conferencistas en congresos y en el Encuentro Mundial de Familias, Philadelphia 2015. Actualizan los contenidos de la página web y blog: www.portuMatrimonio.org iniciativa de la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de los Estados Unidos; recientemente elaboraron las Catequesis para las Familias bajo el tema de la Misericordia en colaboración con el Pontifico Consejo para la Nueva Evangelización. Actualmente trabajan con la Diócesis de Raleigh, NC. Para más información visite su página web: www.iglesiasdomesticas.com