Recen para que Dios siga concediendo a las instituciones católicas la sabiduría y el valor para servir a un mundo que sufre los efectos de la pandemia de COVID.

Reflexionen
La pandemia de COVID ha infligido profundas heridas a nuestro país. Las familias han perdido abuelos y padres. Los niños han sufrido durante una época formativa de la vida. Muchas personas se han quedado sin trabajo. El Papa Francisco llama a la Iglesia a ayudar a sanar el mundo, y este mundo necesita desesperadamente ser sanado. Afortunadamente, muchas personas, incluidos los católicos, han intervenido para servir. Las escuelas católicas, como la Arquidiócesis de Boston, han mostrado cómo reabrir las escuelas de forma segura. En Hawái Caridades Católicas ha trabajado para ayudar a los inquilinos a acceder a los programas de ayuda del gobierno. Además de su labor habitual de promoción, Caridades Católicas de EE. UU. ha proporcionado equipos de protección personal, ha organizado donaciones de alimentos y ha puesto en marcha el Francis Fund for Eviction Prevention (Fondo Francisco para la Prevención de Desalojos). Sin embargo, la capacidad de las organizaciones religiosas de asociarse con el gobierno en sus esfuerzos de socorro y de recibir la ayuda gubernamental necesaria se ve continuamente amenazada por disposiciones legislativas que excluirían a algunos credos pero no a otros.

Actúen
Las Caridades Católicas trabajan para ayudar a los más vulnerables. ¡Encuentren su organización local de Caridades Católicas y vean cómo pueden participar hoy mismo!

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