V Encuentro Memorias y Conclusiones

176 | Memorias y conclusiones del V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina Si esta proporción es representativa de las parroquias y los grupos que no informaron, más de 28,000 adolescentes y jóvenes participaron en las sesiones de reflexión y misión. Después de cada una de las primeras tres sesiones, se les pidió a los participantes que forma- ran parejas para realizar visitas misioneras a las personas en las periferias de su área. Luego las parejas informaran sobre esas visitas en sus formularios de consulta, en los que identificaron si se encontraban con una persona joven, un adulto o una familia. Nuevamente, solo el 55% de las parroquias/grupos dieron recuentos o cálculos de las personas visitadas, y cerca del 95% de ellos proporcionaron números para los jóvenes a los que se alcanzó, lo cual indica que aproximada- mente el 15% de las personas con quienes se contactó eran adolescentes o jóvenes. Si se asume que estos esfuerzos fueron paralelos a los de las parroquias y grupos que no informan, casi 32,000 jóvenes fueron alcanzados en las visitas misioneras a las periferias. Para simplificar los reportes, no se pidió que los equipos parroquiales separaran o compararan las respuestas de los jóvenes en su análisis. Todo lo que se escuchó de los jóvenes —tanto entre los participantes como los que se encontraron en las acciones misioneras— se juntó con las res- puestas de los adultos para generar los hallazgos que se resumieron primero en los documentos de trabajo parroquiales, luego en los documentos diocesanos y regionales. Los Documentos de Trabajo Regionales están disponibles en el sitio web del V Encuentro ( https://vencuentro.org/ es/episcopal-regions/ ), y muchas de sus ideas están incluidas en estas Memorias y conclusiones, especialmente en las secciones de los “Ecos de los encuentros en las periferias” (pp. 37-45) y los resúmenes de las 28 áreas ministeriales (pp. 87-156). Si bien alcanzar a más de 60,000 jóvenes por el proceso del V Encuentro es un logro loable, quedó pendiente la cuestión de si los esfuerzos cumplieron con el propósito de llegar a todos los segmentos de la población hispana joven. Los formularios de consulta no registraron el país de nacimiento ni el año de llegada —ni para los participantes ni los que se alcanzaron— por lo que su origen es desconocido. Lo que está claro es que los participantes en las cinco sesiones eran en su mayoría personas que estaban muy involucradas en la vida de la Iglesia, mientras que la mayoría de las personas que visitaron no lo estaban; a este respecto, la consulta proba- blemente captó la diversidad de experiencias que se buscaba. Para asegurar una participación adecuada de latinos de 2ª y 3ª generación, el equipo del V Encuentro entro en colaboración con la National Federation for Catholic Youth Ministry (NFCYM – Federación Nacional para la Pastoral Católica con Adolescentes) para involucrar a los directores y coordinadores diocesanos de la pastoral con adolescentes. La respuesta a esa colaboración fue mixta: hubo algunas diócesis notables en las que la asociación funcionó de maravilla, pero en la mayoría hubo cierta confusión sobre cómo colaborar a nivel diocesano y cómo implementar el proceso en grupos de adolescentes con participantes multiculturales o donde existen pocos his- panos/latinos. Lo que está claro es que no hubo muchos grupos juveniles de habla inglesa que realizaron el proceso y la mayoría de las respuestas a nivel nacional fueron en español. Apéndice B

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