V Encuentro Memorias y Conclusiones

180 | Memorias y conclusiones del V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina 1. Evangelización y catequesis. Para los jóvenes latinos en la encuesta, la Iglesia debe encon- trar el equilibrio adecuado entre la evangelización y la catequesis en sus ministerios con adolescentes y jóvenes, y la evangelización siempre tiene prioridad. “La mayoría de mis compañeros solo ven reglas y rituales aburridos, pero la relación es increíble”, escribió un adolescente. Se recomendó un énfasis fuerte en encontrar a Cristo en la Escritura, al igual que la convicción de que los jóvenes deben tener modelos a seguir para hacerse los evan- gelizadores principales de sus compañeros, ya sea en sus grupos juveniles o en la escuela, el trabajo, la familia, etc. La catequesis sigue, con aplicación práctica a la vida real: justicia social, relaciones, servicio, buenas elecciones en la vida, oración y vida espiritual, y cómo vivir los sacramentos, sobre todo la Eucaristía y la Reconciliación. 2. Formación para el liderazgo y el ministerio. Los jóvenes hispanos quieren que las genera- ciones mayores en la comunidad demuestren confianza en su potencial y los inviten a asumir roles pastorales significativos. Quieren ser los protagonistas en la planificación de sesiones y programas, así como en su implementación, siempre y cuando cuenten con la capacitación adecuada para desempeñar sus roles. También expresaron la esperanza de que los líderes pastorales (sacerdotes, seminaristas y líderes o asesores adultos en la pastoral juvenil) conoz- can la realidad y los retos de los jóvenes latinos y aprendan la mejor manera de ayudarlos a alcanzar sus metas y continuar como miembros activos de la comunidad católica. 3. La escucha, el acompañamiento y el discernimiento vocacional. Muchos en la encuesta pidieron que la Iglesia realmente escuchara a los jóvenes y les hiciera saber que no están solos, que importan. Les gustaría que los sacerdotes y las religiosas estuvieran más presen- tes en la vida de los jóvenes latinos, que escucharan sus problemas y les mostraran cómo Dios quiere que vivan. Con demasiada frecuencia se sienten rechazados, juzgados o discri- minados, especialmente por su raza/origen étnico, idioma, sexualidad o por cuestionar las creencias. La conversión espiritual en la vida viene por medio de la bienvenida y el acompa- ñamiento paciente, no por coacción o vergüenza. Los jóvenes buscan ayuda especialmente para entender qué es una vocación y cómo discernir el llamado de Dios. 4. Lanzar una red más grande. Los jóvenes latinos están pidiendo más formas y oportuni- dades para conectarse con la Iglesia. Muchas de las respuestas en español pidieron un “grupo juvenil” en la parroquia. No estaba claro si esto significaba que la parroquia no tenía ministerios para jóvenes o adolescentes, o si simplemente no había un grupo de habla his- pana. De cualquier manera, los jóvenes sintieron que la parroquia tenía poco que ofrecerles personalmente, y solicitaron “abrir espacios” con una variedad de actividades y eventos: retiros, congresos diocesanos y programas para intereses particulares (p.ej. estudio bíblico, oración, música, etc.) o necesidades (p.ej. tutoría y educación, pandillas, adicciones, inmi- gración, etc.). Pidieron que la Iglesia se comunicara mejor en línea y a través de las redes sociales, y que ampliara el concepto de pastoral con adolescentes para dirigirse a toda la familia, ayudando a los padres de familia latinos en su papel de formar y acompañar a sus hijos adolescentes, especialmente en la transmisión de la fe. Apéndice B

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