V Encuentro Memorias y Conclusiones

Memorias y conclusiones del V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina | 43 justa para poder volver a visitar a su familia en su país de origen sin tener que abandonar a su familia aquí, además de hacer muchas otras cosas aquí que no han podido hacer mientras vivían en las sombras. Aquellos que luchan con problemas de salud, adicciones o problemas laborales y financie- ros tienen esperanzas de una vida libre de esas dificultades, o incluso la mera posibili- dad de ver a un médico en caso de necesidad. A pesar de todos sus fracasos y deficiencias, todavía ven a Estados Unidos como una tierra de oportunidades y mayor esperanza que el país que dejaron; sin embargo, anhelan una mayor justicia social y alivio de los sufrimien- tos que han encontrado a su llegada aquí. Relaciones positivas y saludables. Otro grupo de sueños y esperanzas tiene que ver con sus relaciones personales y sociales. La expresión más común es también la más sen- cilla y completa: sueñan con ser felices y estar unidos como familia. También brindan algu- nos detalles sobre cómo se vería eso para ellos: niños que tuvieran éxito en la vida y que fueran buenas personas; mejor comuni- cación y resolución de conflictos en la familia; procurar que sus hijos evitaran la delincuen- cia y las drogas; que las familias permanecie- ran unidas y que las parejas pudieran casarse en la Iglesia. Prosperidad económica. Algunos soñaban con un negocio propio o una vocación reli- giosa en la familia. Más comúnmente, espe- raban completar un título, ahorrar dinero, establecer una carrera profesional y con- tribuir positivamente a la sociedad, ya sea para ellos mismos o para sus hijos. También desearían que sus hijos fueran personas bien equilibradas, comprometidas con la fe cató- lica y que conservaran su identidad cultural y su idioma. A nivel mundial, sueñan con una mayor estabilidad en sus países de origen, para poder estar libres de violencia y pobreza. Una Iglesia atenta. Las voces de las periferias extendieron lo que esperaban en las relacio- nes sociales a lo que soñaban para la Iglesia. En primer lugar, describieron las cualidades que les gustaría ver entre los sacerdotes y los equipos pastorales: que fueran bilingües y biculturales, presentes en la comunidad his- pana, capaces de dirigir y guiar a los jóve- nes, y que tuvieran un plan pastoral para el ministerio hispano con formación organizada y sistemática para todos. Otros imaginaron una expansión del programa del diaconado en español, mayor hospitalidad y alcance, colaboración y respeto mutuo entre los movi- mientos, puentes a los servicios sociales en la comunidad y oficinas para el ministerio his- pano en las parroquias y diócesis. Inspirados por el propio V Encuentro, algunos habla- ron de la esperanza de que se crearan nue- vos ministerios para visitar a personas en las periferias y atender las necesidades de los más vulnerables. Las consultas misioneras arrojaron cientos de sugerencias para servicios y ministerios en la Iglesia. Algunas de las ideas más comunes incluyen: deportes y actividades para jóvenes y familias; mayor flexibilidad en los horarios de misa en español, fuera de las horas de tra- bajo; catequesis dinámica para niños y cate- quesis familiar; grupos para jóvenes hispanos en los cuales ellos mismos son líderes y pro- tagonistas en el ministerio con sus compañe- ros; oportunidades de estudio de la Sagrada Escritura, teología y apologética para adultos Ecos de los encuentros en las periferias

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