V Encuentro Memorias y Conclusiones

52 | Memorias y conclusiones del V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina deben enriquecer al cuerpo, con solidaridad entre grupos y apoyo para todos. Los líderes de pastoral juvenil hispana demuestran a dia- rio el valor y las bendiciones para la comuni- dad cuando los jóvenes son apoyados por la comunidad de fe y se los motiva a fortalecer sus raíces culturales y religiosas, mientras se adaptan y transforman activamente el mundo que los rodea según los valores del evange- lio. La bienvenida y la hospitalidad son valo- res fundamentales que deben encarnarse en la acción y el servicio, comenzando con una invitación personal. El lenguaje del amor en el servicio supera todas las divisiones artificiales que podrían separar al Pueblo de Dios. Por medio del V Encuentro, los hispanos/ latinos están forjando nuevos caminos en la Iglesia para que otros los sigan. Sobre todo, es el camino del discipulado misionero auténtico y alegre, que se vivió y se compar- tió profundamente en el Evento Nacional. La dedicación a la oración comunitaria, especial- mente en la liturgia, conduce a la comunión y la misión. Todo fluye de la experiencia de ser infinitamente amados por Dios por el sacri- ficio de Jesucristo, lo que nos impulsa a dar testimonio del amor de Dios, de palabra y de obra. Esto no sucede por accidente, sino que es intencional e implica un compromiso diario para continuar la jornada de discípulos misio- neros. ¡Con creatividad, y a veces con audacia, lo hacemos! Jóvenes y familias. Entre los jóvenes hispa- nos/latinos, las diversas generaciones (inmi- grantes, 1.5, 2 a y 3 a +) tienen mucho que enseñar y aprender unas de otras. Puede ser que vean al mundo con otros lentes, pero en el fondo comparten esperanzas y sueños de un futuro mejor, y el fortalecer su identidad cultural y religiosa es el camino más seguro para conseguirlo. Los delegados jóvenes die- ron testimonio de que están listos para ins- pirar y evangelizar a sus compañeros. Cada grupo juvenil puede aprovechar sus esperan- zas para convertirse en instrumentos promo- tores de comunidad, formación y misión. Los jóvenes latinos también pueden ser gente puente en la comunidad en general, ya que muchos de ellos tienen un pie en ambos mundos culturales. Los jóvenes hispanos/latinos no se encuen- tran con la Iglesia solo como individuos, sino ante todo como miembros de una familia. Sus padres quieren tener familias fuertes y unidas, y su sueño es darles a sus hijos más de lo que tenían: educación, salud, sabiduría, fe y una buena vida, libre de las luchas que muchos han experimentado. En la Iglesia, las familias que han avanzado en este camino a la luz de la fe pueden convertirse en modelos y mentores para otras familias que aún luchan a veces en la oscuridad. De esta manera, dan testimonio como familia de lo que sig- nifica ser la iglesia doméstica. Están listos: la Iglesia solo necesita enviarlos y apoyarlos como discípulos misioneros a las familias en las periferias. La formación en la fe y para el ministerio. La consulta del V Encuentro demostró que existe un gran deseo en las periferias de la comunidad hispana/latina de aprender más sobre la fe, y entre los discípulos misioneros de compartir sus dones espirituales mientras siguen creciendo en la fe. Esta combinación se puede activar con un poco de aliento por parte de los líderes pastorales para que las Sesión Regional 1

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