V Encuentro Memorias y Conclusiones

Memorias y conclusiones del V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina | 79 a todos los niveles, para que las parejas no la escuchen por primera vez en los pocos meses antes de la boda. También se debe proporcio- nar apoyo continuo a las parejas para fortale- cer la comunicación, eliminar la violencia o el control coercitivo en la relación, y ayudarles a superar las dificultades que puedan encontrar. Debido a que muchas de las dificultades se centran en cómo formar y guiar a sus hijos en la fe y en la vida, la Iglesia debe proporcionar talleres, grupos de apoyo y sesiones de con- sejería según sea necesario. Otras recomendaciones distintas surgieron en solo algunos de los grupos de mesa, pero vale la pena mencionarlas. Por ejemplo: fortalecer la unidad familiar y la comunicación tratando de conservar las prácticas e identidad cultura- les y el idioma; establecer una oficina dioce- sana de vida familiar para promover pautas y prácticas exitosas para este ministerio en las parroquias y fomentar la formación de líderes pastorales para incrementar su capacidad de responder; desarrollar un ministerio de visi- tas a los ancianos y personas que no pueden salir de la casa; trabajar para que las escuelas católicas sean más asequibles y acogedoras para las familias hispanas/latinas; promover movimientos eclesiales centrados en la fami- lia; ofrecer talleres sobre finanzas; e involucrar a los jóvenes como líderes y participantes en cada servicio, programa o actividad dirigida a las familias. Los delegados también recono- cieron la importancia de que todos los servi- cios, programas y eventos dirigidos a las fami- lias estén disponibles en inglés y en español. D. PASTORAL JUVENIL HISPANA El campo de la pastoral juvenil hispana siempre ha reconocido que el liderazgo y el protagonismo de los jóvenes en el ministe- rio es un principio operativo importante. Sin embargo, esto aún surgió de nuevo como la recomendación principal para este ministe- rio. Si los jóvenes van a ejercer un liderazgo eficaz, también deben recibir capacitación práctica y formación pastoral para sus roles. Algo de esto se puede proporcionar a través de la mentoría y procesos de formación en la acción, mediante el apoyo de los asesores adultos o líderes de pastoral con adolescen- tes, pero estas estrategias no pueden reem- plazar los programas de formación, especial- mente para los equipos centrales llamados a servir en el liderazgo. Con respecto a la pastoral con adolescentes, tiene sentido que las parroquias establez- can un presupuesto para contratar a un líder pagado, y para asegurar que él o ella tenga las capacidades interculturales y lingüísticas para acompañar y asesorar a los adolescen- tes en todos los sectores de la parroquia. En la mayoría de las comunidades, un grupo único para la pastoral juvenil no es ade- cuado; es esencial brindar múltiples oportu- nidades y una amplia gama de programas y actividades para involucrar a los miembros adolescentes de la parroquia en un entorno acogedor que responde a sus necesidades holísticas e intereses personales. Cuando las opciones son limitadas, es muy probable que los jóvenes que más necesitan la atención pastoral de la Iglesia sean los que quedan sin acompañamiento. Hubo un consenso entre los delegados de que en algunas parroquias es el propio párroco quien es el obstáculo principal porque se niega a abrir espacios donde los jóvenes his- panos/latinos puedan reunirse y crecer en la Recomendaciones

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