Catequista de Servicios - Gonzalez

Catechetical Sunday 2016 Poster in SpanishCreando un ambiente de oración para cualquier grupo de edad

por Sr. Chela Gonzalez

Comocatequista que soy, cuando he sido invitada a dar pláticas y talleres, siempre les pregunto a los grupos, "¿Cuántos de ustedes son catequistas?" A veces sólo unos pocos responden. Luego les hago la pregunta, "¿Cuántos de ustedes son católicos bautizados?" Haciendo esta pregunta, veo que todas (o por lo menos casi todas) las personas presentes responden.

Entonces les hago la referencia al Catecismo de la Iglesia Católica, el cual nos llama a esta vocación común: "El Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía… fundamentan la vocación común de todos los discípulos de Cristo, que es vocación a la santidad y a la misión de evangelizar el mundo" (CIC, no. 1533). "El fiel cristiano debe dar testimonio del nombre del Señor confesando su fe sin ceder al temor (Mt 10, 32; 1 Tm 6, 12). La predicación y la catequesis deben estar penetradas de adoración y de respeto hacia el nombre de Nuestro Señor Jesucristo" (CIC, no. 2145).  

Con este punto, debemos reconocer que la catequesis empieza en la Iglesia doméstica, o sea, en el hogar. Para ser catequistas, no se nos pide ser teólogos, sino simplemente se nos pide ser personas de oración. 

En el hogar

Cada domingo disfrutamos la afirmación y renovación que recibimos en la iglesia y regresamos a casa llenos de energía espiritual. Nos sentimos mejor equipados para enfrentar los desafíos de la vida, pero ese sentimiento desaparece al día siguiente cuando nos envolvemos en los asuntos del mundo otra vez. De alguna manera, perdemos esa energía y ese Espíritu durante el resto de la semana. 

Dedicar tiempo a nuestro espíritu es tan necesario como comer bien y mantener la mente en paz. En nuestros hogares tenemos áreas designadas para tareas específicas: cocinar, comer, dormir, diversión, limpieza y embellecimiento,... pero ¿cuántos de nosotros tenemos un espacio sagrado para orar?

Hoy en día, muchos de nosotros llevamos un ritmo de vida acelerado y frenético. Pero no debemos estar tan ocupados que descuidemos nuestras vidas espirituales; tenemos que dedicar tiempo de nuestro día a reflexionar, a meditar en las cosas espirituales, y por supuesto, a orar. Ayuda mucho mantener nuestras prioridades en orden. Es importante que nuestra relación con Dios sea primordial. San Mateo en su evangelio nos dice que "busquemos primero el reino de Dios y lo demás se nos dará por añadidura." Un rincón de oración en casa es una forma sencilla de satisfacer esta necesidad universal humana de acoger una vida de oración y reflexión.

Si usted tiene familia, crear tal espacio intencionalmente en su hogar sirve a un propósito esencial, ya que les muestra a sus hijos la importancia de dedicar tiempo y espacio a Dios en sus vidas. ¡Imagínese el valor que tiene para ellos ver a sus padres dedicando tiempo con regularidad en un espacio de oración!

Crear un espacio "sagrado"

Primero la familia puede crear un espacio de oración, con el cual cada uno de los miembros de la familia esté de acuerdo. Los adultos, tanto como los jóvenes y los niños del hogar, pueden decidir juntos el lugar más apropiado que se preste al silencio, ya sea en grupo o individualmente. Hay que recordar que la oración es una parte importante de la vida cotidiana, pero la oración no se da sin poner uno de su parte.

Si no tiene espacio para utilizar toda una habitación como su espacio sagrado, no se preocupe. Elija un lugar adecuado que le proporcione acceso fácil a su espacio y que satisfaga sus necesidades. Una pared o parte de una pared, una esquina, un armario o una parte del ático o sótano son buenas maneras de crear ese espacio sagrado cuando el espacio es limitado.  

Su espacio sagrado debe ser cómodo. Las maneras de asegurar un espacio sagrado cómodo pueden incluir una silla especial, almohadillas, cojines, alfombras, mantas, etc. Lo importante es estar relajado, porque este es el estado en el que nuestro espíritu abarca un mayor nivel de energía que nos invita a la oración.

Cuando se crea un espacio de oración en su casa, este le recuerda la presencia de Dios en todo momento, además de hacer una conexión entre la Iglesia y el hogar. Este espacio se puede crear usando algún rincón, la mesa del comedor, o una repisa con un lugar especial para la Biblia, libros espirituales y/o una vela. Si hay niños sería más seguro usar velas de pila. También puede incluir una tableta para tomar notas, escribir oraciones, refranes, peticiones, o quizás tener una lista con los nombres y/o fotos de las personas que hayan pedido oraciones. Es importante invitar e incluir a cada miembro de la familia a participar, para que ellos también tomen responsabilidad e interés. Los objetos deberían ser comparables a nivel de los miembros de la familia, para que cada uno se sienta miembro de este lugar sagrado para la oración. Invite a todos los miembros de la familia a orar de esta manera como parte de su rutina diaria. Con el tiempo verán los frutos de esta práctica espiritual. 

Elementos de un espacio de oración 

Como se indicó previamente, este espacio se puede crear en algún rincón de la casa utilizando una mesa o una repisa como lugar especial para la Biblia, libros espirituales y/o una vela. Si hay niños sería más seguro usar velas de pila. También puede incluir alguna libreta para tomar notas, escribir oraciones, refranes, peticiones, o quizás tener una lista con los nombres y/o fotos de las personas que les hayan pedido oraciones.


El lugar de oración puede también reflejar los colores del año litúrgico: verde para la temporada de Epifanía y tiempo ordinario, azul o violeta para el Adviento, blanco para la Navidad y la Pascua, púrpura (o color morado) para la Cuaresma, y rojo para Pentecostés. Se puede usar una bufanda cuadrada u oblonga, o quizás una bufanda con los colores litúrgicos para ser utilizada a lo largo del año. También puede ser suficiente usar papel decorativo, manteles o servilletas.


El uso de velas ayuda a crear un ambiente perfecto para relajarse y renovarse. Las velas también son simbólicas, ya que la iluminación es a menudo indicativa de crecimiento espiritual. Las velas se pueden utilizar como parte de un ritual, para conmemorar el fallecimiento de un ser querido, o simplemente para brindar una luz de serenidad.


Use elementos que son claves en nuestra religión católica y en nuestra práctica, como los textos religiosos, música, rosarios, estatuas, incienso, etc. Ponga su propio sello en el espacio mediante el uso de objetos personales. Ejemplos de estos son fotografías, flores, u otros artículos con valor sentimental.


Un recipiente especial o cesta en la mesa servirá para recordar a los demás orar por una intención especial. Formulen sus propias peticiones o solicitudes escritas en una hoja de papel y colóquenlas en el recipiente o canasta. Una vela puesta en un lugar especial también puede llamar a la familia a la oración en tiempo de necesidad.


A veces, por falta de tiempo o energía, simplemente colocar una vela, una cruz o crucifijo, con una Biblia u otro objeto en un pedazo de tela fácilmente sirve para disponernos a la oración.

Temporadas y días de fiesta

Para las temporadas y días especiales, agregue otros objetos como un libro, cerámica, flores, frutas, cuadros, tarjetas de oración, los iconos de los santos del día, sal, agua, aceite, la rama de un árbol o arbusto. Deje este espacio de oración intacto a lo largo del año, y cambie sólo el ambiente según las temporadas litúrgicas o durante las vacaciones. Esto puede funcionar en cada hogar según el horario de la familia. También puede diseñar un espacio de oración cada vez que se reúna para orar con su familia, colocando los objetos de reverencia e invitando por turno a crear ese espacio sagrado.

Otras ideas

Puede que desee crear un espacio de oración portátil que será sólo para el tiempo en familia juntos. Arme una caja de oración a partir de una caja de regalo o una bolsa de plástico llena de arena, piedras, conchas o un paño. Otros querrán arreglar un lugar tranquilo para sentarse y reflexionar: una silla cómoda, cojines, libros y música tranquila. O puede crear un ambiente al aire libre propicio para la oración, la meditación y el silencio. También los niños y los jóvenes podrían crear su propio espacio de oración en su dormitorio o en algún lugar favorito de la casa. Las ideas son infinitas; el reto es establecer un espacio y, a la vez, establecer un hábito de silencio que conduzca e invite a la oración.

En el salón de clase

Si usted es catequista en su parroquia (ya sea de niños, jóvenes o adultos), o quizás maestro o maestra en una escuela católica, las mismas ideas de asignar un área especial para la oración se pueden aplicar en el salón de clase. No importan las edades de los estudiantes. Lo que importa no es sólo dedicar tiempo, sino crear un espacio especialmente para la oración. Este espacio debe ser creado según los grupos, un espacio que transforme, que invite, y que nos lleve al silencio, a la reflexión y a una relación íntima con Dios: un espacio de oración. ¡Tal vez crear tal espacio en el salón animará a los estudiantes a crear un espacio similar en su propio hogar!
Si por cualquier razón el tiempo no alcanza, recuerde siempre ofrecerles ese espacio para la oración. Visualmente marcará una gran diferencia. Simplemente colocar una vela, cruz, Biblia u otro objeto en un trozo de tela puede designar ese lugar como especial.



Copyright © 2016, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Washington, D.C. Todos los derechos reservados. Se permite la reproducción de esta obra sin adaptación alguna para uso no comercial.

Las citas del Catecismo de la Iglesia Católica, segunda edición, © 2001, Libreria Editrice Vaticana–United States Conference of Catholic Bishops, Washington, D.C. Reproducidas con permiso. Todos los derechos reservados.