Despertando Nuevamente el Entusiasmo entre los Bautizados

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por el Mandato del Evangelio
por el Monseñor James C. Turro

Es verdad que, hasta en los escritos contemporáneos, los puntos de mayor importancia en la obra son usualmente el principio y el final. Un escritor, sobre todo, empieza y concluye con aquellas ideas que él o ella desea comunicar y enfatizar. Por lo tanto, bajo esa pauta, uno debe entender que Mateo puso mucha importancia en el mandato misionero que Jesús les dio a sus discípulos momentos antes de su Ascensión. Mateo reporta eso al final del Evangelio. En el mandato de Jesús, como vemos en Mateo, uno nota que se pasa rápidamente del pasado al presente y al futuro: "Yo he recibido todo poder" ([pasado), "vayan, entonces" (presente), "y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos" (futuro). Aquí nos vemos, nada menos, que frente a los fundamentos de la Iglesia dados por Jesús resucitado. Esta misión a todas las naciones es una revocación dela misión circunscrita a Israel. Anteriormente, Jesús les había dicho: "No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos" (Mt 10:5).

Los discípulos deberán propagar el ministerio de enseñanza de Jesús. Ésta es una tarea extraordinaria. Por eso, tratando de animarlos, Jesús les dice: "Yo estoy con ustedes". Jesús es Emmanuel (Dios con nosotros)—un hecho que se nos hace notar al principio de este Evangelio (Mt 1:23). Cristo resucitado está continuamente presente con sus discípulos cuando emprenden la tarea de llevar a cabo su mandato. 

Es interesante notar que ésta es la primera vez que Jesús envía a sus discípulos a enseñar. Antes de esto, Jesús se había destacado como maestro. Sus discípulos eran a quienes él enseñaba. Hasta esos momentos, Jesús había compartido con sus discípulos el poder para sanar, para arrojar a los espíritus malignos y para proclamar el Reino de Dios. Ahora, después de experimentar la Resurrección de Jesús de entre los muertos, ellos finalmente están preparados para enseñar.

Ellos deberán salir y enseñar a la gente "a cumplir todo lo que yo les he mandado" (Mt 28:20). El papel del discípulo es, ante todo, obedecer. Todo el empuje de la vida del discípulo es cumplir plenamente con la voluntad del Maestro. El discípulo deberá "cumplir con" todo lo que Cristo ha mandado. No 2se puede seleccionar y escoger. Los discípulos deberán aceptar y predicar la enseñanza de Cristo así como es—sin diluir, sin revisiones y en forma íntegra. En resumen, ellos deben enseñar a la gente "a cumplir todo lo que yo les he mandado". El discípulo sincero deberá obedecer todo así encuentre que un principio particular de la fe le sea grato o no a él o ella. Jesús nos ha revelado la voluntad de Dios. Éste es un hecho asombroso. Eso pone unas fuertes exigencias sobre nosotros. El discípulo verdadero deberá estar decidido a cumplir con la voluntad de Dios en las buenas y en las malas.

"Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo". Ésta es una de las más alentadoras afirmaciones en todas las Escrituras. Jesús promete estar presente de forma activa dentro de la Iglesia. De esta manera él cumple con la profecía hecha a José al principio del Evangelio (Mt 1:23): '"a quien pondrán el nombre de Emmanuel', que significa: 'Dios con nosotros'". Así como Dios no abandona a su Hijo, el Hijo les asegura a sus discípulos que él no los abandonará. La Iglesia, sostenida por la presencia fortificante de Cristo resucitado y apoyada por su autoridad, asume y continúa la misión de Cristo: enseñar a los pueblos acerca de Dios y de su obligación de vivir según su verdad.

Cristo resucitado ha prometido permanecer con la Iglesia para siempre para que ella pueda cumplir con el mandato dado por Cristo. Alentada por su divina presencia, la Iglesia no puede fallar.


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