Obispos Encargados del Cuidado Pastoral de los Migrantes Emiten una Declaración en Apoyo de los Trabajadores Agrícolas Migrantes Durante la Pandemia de Coronavirus

“Instamos a nuestros líderes políticos y legisladores a considerar las realidades y las necesidades emergentes y apremiantes de las comunidades de trabajadores agrícolas en todo el país durante este tiempo del brote de coronavirus. Para vencer al virus, nadie debe quedar excluido", dijeron cuatro obispos de Estados Unidos encargados del cuidado pastoral de las poblaciones migrantes.

WASHINGTON— “Instamos a nuestros líderes políticos y legisladores a considerar las realidades y las necesidades emergentes y apremiantes de las comunidades de trabajadores agrícolas en todo el país durante este tiempo del brote de coronavirus. Para vencer al virus, nadie debe quedar excluido", dijeron cuatro obispos de Estados Unidos encargados del cuidado pastoral de las poblaciones migrantes.

Los obispos emitieron una declaración en apoyo de los trabajadores agrícolas migrantes durante la pandemia causada por el virus COVID-19. El Arzobispo Nelson J. Pérez de Filadelfia y presidente del Comité de Diversidad Cultural en la Iglesia de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el Obispo Joseph J. Tyson de Yakima, presidente del Subcomité de Cuidado Pastoral de Migrantes, Refugiados y Viajeros ( PCMRT), el obispo Oscar Cantú de San José y enlace episcopal de PCMRT para el ministerio de trabajadores agrícolas migrantes, y el obispo Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración.

El comunicado de los cuatro obispos es el siguiente:

“El coronavirus ha cambiado la vida de la mayor parte de las personas del planeta, ya que miles de millones experimentan aislamiento social y cuarentena. Aquí en Estados Unidos, se estima que cerca del 95% de los estadounidenses se han visto afectados por las regulaciones de permanecer en casa. Para aquellos que se encuentran bajo tales mandatos de quedarse en casa, les agradecemos por cumplir con las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y las recomendaciones de distanciamiento social de sus diócesis, gobiernos estatales y locales para frenar la propagación de esta pandemia

Queremos expresar nuestra sincera gratitud y oraciones por los muchos trabajadores esenciales en todo el país, ayudándonos a recibir nuestros medicamentos, alimentos y a satisfacer otras necesidades fundamentales durante este momento difícil. Nos gustaría resaltar la realidad de las comunidades de trabajadores agrícolas migrantes y honrar su papel heroico en medio de los muchos desafíos que enfrentan durante esta crisis.

Más de un millón de trabajadores agrícolas en los Estados Unidos son considerados trabajadores esenciales, críticos para mantener a la nación alimentada durante esta pandemia. El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos estima que aproximadamente la mitad de estos trabajadores agrícolas son indocumentados, mientras que otros observadores sugieren que las cifras son mucho más altas. Al igual que muchas poblaciones móviles e itinerantes, los trabajadores agrícolas migrantes indocumentados son particularmente vulnerables al impacto del brote de coronavirus. Muchos trabajadores agrícolas migrantes carecen de acceso a seguro de salud, tratamiento médico y opciones de permisos por enfermedad o remunerados; las modalidades de vivienda de los trabajadores agrícolas a menudo están superpobladas con pocas oportunidades de distanciamiento social, incluido el transporte hacia y desde el trabajo, y el Equipo de Protección Personal (PPE, por sus siglas en inglés) no siempre está disponible. Además, las condiciones de sus visas de inmigración pueden hacer que no quieran o no puedan hablar sobre la necesidad de protección debido a la amenaza de perder su trabajo.

Junto con estos desafíos para el acceso a la atención médica y efectos sobre la comunidad durante esta crisis de salud, hay consecuencias económicas de la pandemia que están teniendo efectos devastadores en estas comunidades. Con la interrupción y los despidos debido al virus COVID-19, muchos trabajadores agrícolas se encuentran sin ingresos para proveer a sus familias en el futuro inmediato, y otros que de lo contrario se quedarían en casa por problemas de salud se arriesgan a ir a trabajar durante este tiempo como trabajadores esenciales. El cuidado de niños para las familias debido al cierre de escuelas es otro aspecto preocupante, ya que las familias pueden haber perdido opciones asequibles, viables y seguras para el cuidado de sus niños. Las realidades de la inestabilidad financiera, el aumento del estrés y la ansiedad durante este tiempo también pueden contribuir a un aumento en los casos de violencia doméstica y explotación laboral.

A estos desafíos se suma el miedo a la aplicación de las leyes de inmigración que puede disuadir a alguien de buscar la atención médica necesaria, o hablar sobre formas de abusos en el hogar o el lugar de trabajo recurrentes durante este tiempo.

Debido a estas muchas y graves preocupaciones para esta comunidad, instamos a nuestros líderes políticos y legisladores de políticas a considerar las realidades y las necesidades emergentes y apremiantes de las comunidades de trabajadores agrícolas en todo el país durante este tiempo del brote de coronavirus. Para vencer al virus, nadie debe quedar fuera. El virus COVID-19 nos enseña que somos una sola familia humana, dice el Santo Padre. ‘Solo podemos salir de esta situación juntos, como una humanidad entera’.

A pesar de estas preocupaciones, hay signos de esperanza en la industria agrícola en todo el país. Muchos productores y agricultores están haciendo todo lo posible para proteger a sus trabajadores y garantizar que se comuniquen e implementen pautas y medidas de sensibilización y distanciamiento social. Extendemos nuestro sincero agradecimiento a estas empresas e imploramos que esta tendencia se ejecute en todo el país para la protección básica, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores agrícolas y sus familias.

Ofrecemos las siguientes recomendaciones:
• Reconocer que todos los trabajadores necesitan acceso a pruebas gratuitas y atención relacionada con el virus COVID-19.
• Asegurarse de que todas las viviendas y el transporte para los trabajadores agrícolas cumplan con las pautas actuales de los CDC.
• Proporcionar información sobre salud e higiene adecuadas que sea fácilmente accesible en múltiples idiomas e infografías para trabajadores analfabetos.
• Asegurar el acceso a la higiene adecuada y protecciones de seguridad en los sitios de trabajo, incluidas las áreas para el lavado de manos, máscaras y otros equipos de protección personal.
• Tener establecido un plan de salud de emergencia en el lugar para garantizar la atención y los protocolos cuando un trabajador contrae el virus COVID-19; y
• Honrar la dignidad del trabajo de los trabajadores agrícolas y asegurarse de que se les pague un salario digno, así como ser elegibles para otros beneficios para ayudar a proteger su salud y la salud y seguridad de sus familias en este momento.

Oramos por todos los trabajadores agrícolas que enfrentan dificultades y desafíos relacionados o agravados por el virus COVID-19. Oramos por su protección y seguridad, ya que ellos contribuyen con la satisfacción de las necesidades del país; oramos por todos los trabajadores actualmente desempleados, para que el Señor los acompañe y los proteja. Durante este momento desafiante, es bueno recordar las palabras de San Juan Pablo II: ‘Somos el pueblo de la Pascua, y Aleluya es nuestra canción’. Que el Señor resucitado envíe su paz y gracia para estar con ustedes y sus familias. Nos dirigimos a Nuestra Señora de Guadalupe, pidiéndole su intercesión y protección materna para el fin del coronavirus".

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