MÓDULO 3

Desarrollar habilidades de comunicación intercultural en los contextos pastorals

METAS

1.         Introducir a los participantes en la descripción de cómo los grupos de perspectivas colectivistas e individualistas se ven a sí mismos y como ellos perciben a los grupos que están constituidos de manera diferente

2.         Indicar, cómo estas percepciones afectan las reunio  nes en donde las perspectivas de los diferentes grupos necesitan interactuar

3.         Señalar algunas de las características culturales que influyen en los conflictos intergrupales y cómo se puede responder a ellas

RESULTADOS       

•           Desarrollar un conocimiento práctico sobre la comunicación intercultural en los contextos pastorales.

•           Aumentar la conciencia de cómo comunicarse eficaz mente con las personas y los grupos de culturas dife  rentes a la de uno.

•           Usar formas de comunicación que sean apropiadas para la cultura con la que se está tratando.

•           Guiar, discutir y tomar decisiones, usando procesos culturales apropiados en los grupos interculturales.

•           Aplicar habilidades básicas en la resolución de conflictos.

Este módulo toma el material que ha sido aprendido en los módulos previos, y los aplica para determinar cómo trabajar con los grupos de distintas culturas en las situaciones ministeriales. El módulo comienza conside  rando cómo los grupos seven a sí mismos para después examinar cómo los grupos interactúan, se reúnen, y toman decisiones.

La segunda parte del módulo introduce a los partici  pantes en las complejidades del conflicto, en contextos donde las diferencias se cruzan con temas culturales.

La forma cómo los grupos se ven a sí mismos y cómo ellos interactúan con otros grupos, tiene dos dimensio  nes particularmente importantes: (1) si el grupo es más colectivista o individualista y (2) qué sucede cuando interactúan un grupo predominantemente colectivista con un grupo predominantemente individualista.

“La imagen” de los grupos

La imagen pública de un grupo es la forma en que el grupo quiere que los otros —individuos o grupos— lo vean. Esto involucra dos aspectos: (1) presentar nues  tra imagen en la manera como queremos que otros nos perciban e interactúen con nosotros y (2) hacer lo que necesitemos hacer dentro de nuestro propio grupo para mantener esa imagen.

Recuerden, que las culturas colectivistas frecuente  mente tienen un sentido más fuerte de jerarquía, y la comunicación es más indirecta (“alto contexto”).

La autoridad y el rango suelen ser heredados. Las sanciones y los premios están basados en el puesto social que uno tenga en el grupo.

Por otra parte, las culturas individualistas usualmente son más igualitarias y. la comunicación suele a ser más directa (“bajo contexto”). La autoridad se gana no se heredada. Las sanciones y los premios están basados más en la función o el esfuerzo del individuo que en la posi  ción social.

 

Ya sea que una cultura sea más colectivista o indi  vidualista, esto afecta en cómo aprecia y mantiene su imagen. En otras palabras, una orientación colectivista o individualista influye en cómo una cultura se com  porta para presentarse ante los otros y para mantener su propia identidad.

Stella Ting Toomey, una de las investigadoras más destacadas en este campo, ha analizado cómo funciona “la imagen” en su libro “The Matrix of Face: An Updated Face Negotiation Theory”. De acuerdo a Ting Toomey, hay tres valores predominantes que forman la imagen de un grupo y que son particularmente importantes.

•           Autonomía. Mi grupo es auto suficiente y no necesita un tutor o ser guiado por otro grupo. Nosotros no que  remos ser tratados como niños dependientes.

•           Moral. Mi grupo es agradable, fiable, accesible y merece ser incluido en las actividades y en los even  tos. Vivimos de acuerdo a ciertos valores que son bue  nos e importantes.

•           Capacidad. Mi grupo tienen recursos, logros, y valores reconocidos. Estos necesitan ser apreciados y respeta  dos por los otros grupos.

En una cultura individualista, estos tres valores pre  dominantes de la imagen se aplican especialmente a los individuos. En una cultura más colectivista, estos deben ser reconocidos para el grupo entero.

Estilos de comunicación basados en el manejo de la imagen

Como ya se ha mencionado, el colectivismo es correla  tivo a la jerarquía en las culturas. Esa correlación genera un estilo de vida de “alto contexto”. En el manejo de   su imagen esto se traduce en formas más indirectas de comunicación verbal y en el mayor uso del lenguaje corporal para expresar ideas y En las culturas más individualistas que tienden a enfatizar la igualdad se favorece un estilo de vida de “bajo contexto”, la comunicación es más directa y el lenguaje corporal no ejerce un rol significativo.

Por ejemplo, la gente proveniente de una cultura indi  vidualista frecuentemente tiene dificultades para enten der en las culturas colectivistas cuándo “sí” significa “sí” y cuando “sí” significa “no”. En las culturas colectivistas, el decir “no” a alguien superior en rango especialmente en situaciones públicas, los avergüenza. Por eso, la gente de las culturas individualistas necesitan aprender las pistas sutiles que denotan cuándo un “sí” es “sí” y cuándo un “sí” significa “no”.

El uso del silencio es otra forma de comunicación, que en las culturas individualistas típicamente tiene un significado diferente de como se entiende en las culturas colectivistas. En las culturas individualistas el silencio es la ausencia de comunicación, aunque también puede significar que la persona esta de acuerdo con lo que se está diciendo (“el silencio significa acuerdo”). En las culturas colectivistas el silencio puede ser un modo poderoso de comunicación. Puede significar acuerdo pero también puede significar un profundo desacuerdo. (Ver más delante la explicación de la evasión). Las personas de las culturas colectivistas que han sido oprimidas por las culturas individualistas prueban algunas veces la sinceridad de sus colegas individualistas con el silencio. Por ejemplo, en las culturas nativo americanas histórica mente oprimidas por los europeos, los nativo americanos tendían a fijarse qué tan bien los europeos eran capaces de permanecer en silencio y sin interrumpir, cuando los nativo americanos estaban hablando.

El lenguaje corporal también es una forma importante de comunicación. En las culturas individualistas se espera que cuando se castiga a los niños mantengan el contacto visual con sus mayores, como una forma de mostrar respeto y sinceridad. Sin embargo, en muchas culturas colectivistas se espera lo opuesto: el niño que está siendo castigado debe permanecer cabizbajo y evitar el contacto visual con sus mayores.

Otra variable cultural es: la cercanía o la distancia que uno adopta al estar de pie frente a la persona con quien uno habla. La proximidad puede significar intimidad o seriedad en la intención. La distancia puede significar respeto o desinterés.

 Las mismas diferencias existen en el modo de inter pretar el contacto corporal y las maneras de saludar. Las reglas en estas acciones pueden ser diferentes para los hombres y para las mujeres de una cultura determinada; y lo mismo sucede en la forma como alguien saluda a una persona del sexo opuesto.

Finalmente, la expresión de las emociones varía de cultura a cultura. En las culturas individualistas, el car cajearse puede ser una señal de acuerdo o solidaridad (especialmente cuando algo es percibido como cómico) sin embargo, frecuentemente es señal de nerviosismo en las culturas colectivistas. De la misma manera, prácticas como llorar en lugares públicos puede tener diferentes significados dependiendo de cada cultura.

Dirigiendo reuniones con diferentes culturas

Las reuniones son parte de la vida parroquial y escolar. Algunas personas no están conscientes de lo mucho que la cultura puede influir en el estilo de la reunión y en    la toma de decisiones. Lo que sigue aquí contrasta esti  los de: individualista/igualdad/bajo contexto/orientación de tiempo a largo plazo con estilos de colectivismo/jerárquicos/ alto contexto/orientación de tiempo de corto plazo. Estas son, por supuesto exageraciones o situaciones que sirven de modelo, sin embargo, al usarlos para crear un contraste inhóspito uno puede percibir mejor los distintos estilos que afectan las reuniones y la manera como se toman las decisiones.

Estilos individualistas de reuniones y de toma de decisions

Las culturas individualistas que trabajan bajo un sentido de igualdad y se preocupan por el largo plazo cuando se reúnen, se enfocan en “las tareas que hay que realizar.” Las reuniones se convocan para un propósito y se esta  blece una agenda clara que todos conocen. Las reuniones comienzan y terminan en horarios prescritos. Si el trabajo de la reunión termina temprano es mucho mejor, los participantes tienen la ventaja de retirarse más temprano de lo que esperaban.

Hay reglas claras sobre cómo proceder en una reunión (Usualmente se sigue lo que se conoce como “Las  reglas de orden de Robert”). El moderador de la reunión tiene la responsabilidad, el mantener a los participantes enfo  cados en las tareas y en el respeto a las reglas. Para permi  tir que todos puedan proponer o subrayar algún asunto, se estipula un tiempo específico para ello al comienzo de la reunión.

Se les anima a todos a hablar sobre el asunto dentro del tiempo permitido. Puede haber un procedimiento para determinar cuándo un asunto ya se ha debatido suficientemente. Al final se vota y con el voto de la mayoría (o alguna otra forma de consenso) se determina el resultado.

Estilo colectivista de reuniones y de toma de decisiones

Las culturas colectivistas que trabajan de un concepto más jerárquico y con más preocupación por el corto plazo en la visión del tiempo, tienden a enfocarse más  en mantener buenas relaciones entre los participantes    y no tanto en completar una tarea específica. Resolver una tarea demasiado rápido puede dañar las relaciones para las reuniones futuras. La reunión no puede iniciarse hasta que todos hayan tenido la oportunidad de saludar a todos los demás, y les hayan preguntado sobre su familia, su salud y cosas parecidas. Cuando ya hay un sentido de armonía la reunión puede empezar. Si hubo conflictos es preferible que la reunión termine hasta que la armonía se restablece. Esto podría requerir comer y beber un poco antes de concluir.

El uso de Las reglas de orden de Robert, (Robert’s Rules of Order) se considera una manera algo ruda para arre  glar asuntos, porque no honra adecuadamente la imagen grupal. Para ellos, cuando hay un asunto importante se convoca a los mayores de los grupos respectivos, para que ellos traten primero el asunto antes de que se lleve para debatirse al plenario. Esta manera formal de enfrentar un asunto establece la imagen del grupa en los términos de autonomía, moralidad y capacidad. Además, ellos consideran que fijarle un límite de tiempo a los mayores, daña la imagen que ellos quieren mantener. En este contexto, la tarea del moderador de la junta es asegurar que se res  pete la imagen de los grupos dentro del plenario antes de proceder al debate.

En el debate, los individuos hablarán, pero rara  mente un miembro del grupo (especialmente si es joven)contradice directamente cualquier cosa que un mayor haya dicho. Si surge un punto de desacuerdo, el que habla debe presentar su posición de manera que refuerce lo que el mayor ha dicho aunque su opinión finalmente sea ligeramente diferente. Se les debe dar a los mayores una oportunidad de responder y afirmar lo que el miembro ha dicho, para demostrar que lo que parece ser una idea con  tradictoria, no lo es. En última instancia se espera que los miembros jóvenes del grupo ni siquiera hablen.

Si el moderador desea que los individuos hagan alguna pregunta, la mejor manera de hacerlo es permitiendo que los grupos se reúnan para discutir el asunto entre ellos y entonces dejar que cada grupo asigne un portavoz que presentará las preguntas al grupo grande. Usualmente, los individuos no se sentirán libres de hablar independiente  mente del grupo.

Cuando se trata de tomar decisiones, los grupos se reunirán con sus mayores para determinar cómo van a votar. Es entonces que la votación puede llevarse a cabo. Frecuentemente, el aspecto más importante de la deci  sión es que el grupo esté unido al presentar su voto.

Comunicación respetuosa e invitación mutua

A principios de 1990, en su libro El lobo habitará con el cordero: Una guía de liderazgo espiritual en una comuni  dad multicultural, Eric Law, introdujo lineamientos para la comunicación respetuosa, al igual que un modelo del proceso de invitación mutua para facilitar el comparti  miento y la discusión en un grupo diverso. El proceso que él delinea promueve un verdadero diálogo cuando los diversos grupos se hallan alrededor de la mesa de discu  sión o en una reunión. El concepto de invitación empo  dera a cada persona, pero también a todos los presentes, es un poder compartido. Al aceptar una invitación se asume poder, pero este se comparte. De esta forma, la invitación viene a ser una disciplina espiritual para las relaciones interculturales.

Liderazgo y respuestas a asuntos complejos

La visión individualista o colectivista afecta el modo como se manejan las reuniones, se siguen los procedimientos, se ejerce el liderazgo y se enfrentas las situaciones complejas por las que pasan los grupos.

En un contexto individualista, el liderazgo se entiende como la manera de facilitar el acceso para que las perso  nas traigan sus talentos y con ellos aporten soluciones a los asuntos o problemas que la comunidad está enfren  tando. Los buenos líderes son aquellos que demuestran que conocen de lo que hablan (citando su formación y educación), y muestran su habilidad para reunir a otros para realizar las tareas necesarias.

Al enfrentar asuntos complejos, un buen líder es aquel que puede fraccionar un asunto en tareas sencillas y pro  gramar un plazo de tiempo para realizarlas. La habilidad en la planificación y en establecer metas y objetivos es altamente apreciada.

Por su parte, en las culturas colectivistas, los líderes usualmente serán elegidos basándose en su rango y en su estatus dentro de la comunidad. En dichas culturas, el liderazgo pone el acento en que sea confiable más que en sus habilidades específicas. La persona será respetada como buen líder si vienen de una familia que ha mostrado la capacidad de mantener a la comunidad unida y ha promovido relaciones armoniosas. Al enfrentar las tareas complejas, el líder que mantiene a la comunidad trabajando y unida se le aprecia más a que a alguien que ha desarrollado un plan detallado. Los planes pueden ser articulados, pero su propósito usualmente es demostrar a los de fuera que el grupo es competente, no interesa una guía detallada para los objetivos.

Reflexión

Ambos estilos de dirigir reuniones y ejercer liderazgo tie  nen sus ventajas. Si uno se enfoca en realizar las tareas, como suelen hacerlo las culturas individualistas, la satisfacción surge cuando esto se ha logrado. Si uno se enfoca en mantener buenas relaciones como suelen hacerlo las culturas colectivistas, la satisfacción surge de que los gru  pos se conserven unidos.

 Ambos estilos tienen también sus desventajas: El trato orientado hacia la tarea puede pisotear los senti  mientos de algunos participantes. El trato orientado a las relaciones puede retrasar las tareas indefinidamente y nunca terminar lo que se tiene que hacer.

Lidiando con los conflictos en la comunidad

Los conflictos son una parte natural de la interacción humana. El conflicto no siempre es una experiencia negativa; algunas veces, cosas muy constructivas pueden emerger en la resolución de un conflicto. La siguiente información muestra cómo la cultura influye en la forma como tratamos el conflicto. Nuevamente usaremos, la tipología individualista colectivista.

Las perspectivas de uno mismo y del otro son impor  tantes en el análisis de los conflictos: ¿Qué es lo que yo veo en mí al enfrentar el conflicto? ¿Qué es lo que yo veo en los otros? Aquí es útil hacer referencia al tema de la imagen de la sesión anterior. Las culturas individualistas se preocupan principalmente por la imagen del individuo más que por la del grupo. Las culturas colectivistas están más preocupadas por la imagen grupal que por la del individuo.

Manejo individualista del conflicto

Siguiendo lo dicho acerca de las reuniones, podemos afirmar que la aproximación individualista frecuentemente trata el conflicto poniendo la atención en el asunto que está en discusión. Aunque las relaciones humanas sean parte de la situación, la preocupación central es resolver el negocio o asunto. El modo de comunicación estípicamente directo nunca indirecto. Las formas individua  listas podrían enfocarse en una estrategia para tratar de dominar al otro con el fin de ganar. En algunas circunstancias, estos estilos adoptarán la estrategia del compro  miso, con la intención de regresar a la discusión después, cuando las condiciones sean más favorables para ganar.

Manejo colectivista del conflicto

Las formas colectivistas enfrentan el asunto que provoca el conflicto, pero las relaciones humanas especialmente cuando afectan la imagen del gruposiempre serán de suma importancia. Cuando se da un conflicto la priori  dad es mantener la buena imagen del grupo. Teniendo en cuenta la importancia de la jerarquía y que la

comunicación suele ser indirecta, estos grupos preferirán evadir el conflicto antes que dañar su imagen. Si la evasión no es posible, el ser amables con el otro grupo será la alter  nativa. Los grupos de tendencias colectivistas no resol  verán el conflicto en el momento, en muchas ocasiones de manera implícita o indirecta permitirán que continúe. Al rehusarse a retomar el conflicto, el desacuerdo podría pasarse a la siguiente generación.

De acuerdo a Ting Toomey, y a sus colegas, los grupos colectivistas desarrollan una variedad de comportamien  tos (verbales y no verbales) en las situaciones de con  flicto para desactivar, agravar, reparar imágenes dañadas, restaurar la pérdida del honor o sanar relaciones que  brantadas. Estos comportamientos los podemos llamar trabajar por la imagen.

Reflexión

Reunir a una comunidad, en la cual hay grupos indivi  dualistas y colectivistas puede ser difícil dado que el con  flicto puede envolver tanto negocios como relaciones, y es muy probable que las estrategias marchen entre el uno y el otro punto de referencia.

 Además, los asuntos del contexto externo pueden también estar en juego. Para las comunidades de migran  tes y minorías, la iglesia es en muchas ocasiones el único lugar donde su autonomía y sus capacidades como grupo tienen la posibilidad de ser respetadas. Lo que le esté suce  diendo al grupo inmigrante o a una minoría en la vida diaria, fuera del círculo de la iglesia, afectará los conflic  tos dentro de la iglesia. Esto es más evidente donde hay dos grupos luchando por el control de la misma parroquia ya sea por el horario de las misas, el uso del espacio, o los santos o madonas que serán venerados. Por lo cual mantener en mente el contexto externo, el asunto en dis  puta al igual que las relaciones humanas, se vuelve crucial para la resolución exitosa de los conflictos.