Después de las elecciones: La vida, el matrimonio y la libertad

Richard M. Doerflinger

19 de noviembre de 2012

A los candidatos conservadores les fue no tan bien como se esperaba en las últimas elecciones, y esto ha dado lugar a preguntas. ¿Perdieron porque apoyaban la postura católica sobre el matrimonio y la protección de la vida humana? ¿Los votantes católicos rechazaban esas posturas?

Las encuestas de salida y otros datos nos dan algunas respuestas.

En primer lugar, como muchos han señalado, la tendencia de los católicos blancos fue votar por el Gob. Romney, mientras que la mayoría de los católicos negros e hispanos votaron por el Presidente Obama, por lo general por cuestiones económicas y/o de inmigración que también son de preocupación para la Iglesia. No es públicamente tan conocido que los feligreses que regularmente van a la iglesia, tanto católicos como protestantes, votaron más por Romney. Las políticas del Presidente Obama contra la libertad religiosa no resultaron atrayentes para los feligreses que se enteraron de esta cuestión por medio de sus parroquias.

En segundo lugar, los votantes en cuatro estados por un escaso margen votaron en contra de la definición del matrimonio como entre un hombre y una mujer. Estos estados fueron cuidadosamente seleccionados por partidarios de la redefinición del matrimonio como los estados con más posibilidades de darles victorias. Pero incluso en estos estados muy liberales, la posición católica sobre el matrimonio obtuvo más votos que el gobernador Romney. Esta cuestión no es el motivo por la cual perdió.

En tercer lugar, los votos por propuestas electorales dieron algunas victorias pro vida. Los votantes en Massachusetts, entre los más demócratas de los estados demócratas, rechazaron el suicidio asistido por un médico, incluso cuando dieron al estado un lineamiento completamente democrático en el Congreso. El movimiento nacional por la eutanasia había seleccionado este estado como uno con las posibilidad de darle un nuevo punto de apoyo en el Noreste. Los votantes de Montana rotundamente aprobaron una medida para la notificación de los padres en el caso de aborto de una menor.

En cuarto lugar, a la cuestión pro vida le fue un poco mejor en las elecciones del Congreso que a los republicanos. Los votos pro vida en la Cámara de Representantes disminuyeron un poco, pero no tanto como para poner en peligro el apoyo de la legislación en temas de vida y conciencia que la Iglesia ha refrendado. Mientras que los republicanos perdieron un par de bancas en el Senado, la postura pro vida no las perdió, ya que cruza las fronteras de los partidos. Por ejemplo, un republicano de Maine que dejó el Senado había votado de manera constante "pro elección" mientras que el nuevo Senador de Indiana es un demócrata pro vida.

En resumen, el matrimonio y el respeto por los niños por nacer ahora enfrentan un clima político desafiante. Pero la culpa no radica en la postura católica en estas cuestiones.

¿Qué significa esto para el futuro? Significa redoblar nuestros esfuerzos para avanzar los problemas morales graves de la Iglesia, siempre alertas a las oportunidades para explicarles en maneras que puedan ser comprendidas por estadounidenses religiosos y seculares de igual modo. Significa defender y fortalecer las leyes actuales contra la promoción del aborto por parte del gobierno, que ocasionará el ataque por parte de políticos que asumieron de manera equivocada un mandato electoral para derogarlas. Y con respecto al esfuerzo de la administración para obligar incluso a las instituciones católicas a proporcionar cobertura de anticonceptivos y drogas que inducen al aborto en contra de su conciencia, significa renovar la batalla por la libertad religiosa en todas las ramas del gobierno: judicial, ejecutiva y legislativa, hasta que se respete como es debido nuestra Primera libertad. Como dijo el Cardenal Dolan, presidente de la conferencia de obispos, poco después de la elección: "Diría que ninguna puerta se cerró, excepto la puerta de la capitulación".

Entonces hay mucho trabajo por realizar. Nadie dijo que sería fácil evangelizar la cultura de Estados Unidos.


Richard Doerflinger es subdirector del Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información acerca de los esfuerzos de los obispos, visitewww.usccb.org/prolife y www.usccb.org/conscience.