Una lista de deseos agridulce

 

Deirdre A. McQuade

 

12 de septiembre de 2014

Por lo general, cuando la gente dice que una meta está en su “lista de deseos” significa que en algún momento en un futuro todavía no planificado, tal vez hasta distante, con esperanza llegarán a hacer algo que siempre quisieron hacer antes de morir: hacer recuerdos, aventuras para tomar fotos, por ejemplo ala delta, viajar a un lugar exótico o incluso escribir una primera novela.

Pero hoy aprendí acerca de una lista de deseos muy diferente. Dan y Jenna Haley, padres jóvenes y llenos de fe de Filadelfia, están esperando a su primogénito el mes próximo. En abril, se enteraron de que su hijo, Shane Michael, tiene anencefalia que significa que le faltan partes al cerebro y posiblemente cráneo, y por lo tanto no se espera que viva mucho. Según la severidad de su afección, los doctores dicen que puede sobrevivir tan poco como unas horas o puede vivir más de un año. Para celebrarlo durante el embarazo de Jenna, elaboraron una lista de deseos de sus cosas favoritas para hacer. En una historia de un periódico local, Dan dijo: “La mayoría de las familias esperan hasta que nazca su bebé para comenzar a crear recuerdos y viajar a lugares con ellos. Nosotros… sabemos que nuestro tiempo con nuestro hijo podría ser muy corto, por lo tanto queríamos aprovechar al máximo el tiempo que tuviéramos con él”.

Al momento de escribir este artículo, Shane Michael tiene 35 semanas de edad en el vientre de Jenna, y ha ido con sus padres a muchos de los lugares que eran importantes para ellos cuando eran niños: zoológicos, las playas de Delaware y un acuario. Subió a la famosa noria de Wildwood, NJ, asistió a juegos de béisbol familiares, y ha estado con sus devotos padres en los santuarios de San Juan Neumann y Santa Rita. Ha “conocido” a los Phillies y los Flyers, disfrutó los bistec con queso de Geno, e hizo una excursión a la Ciudad de Nueva York, donde visitaron la Estatua de la Libertad y el edificio Empire State, entre otros lugares. Él y sus padres también fueron honrados por amigos y familiares con una “lluvia de amor”: un tipo diferente de baby shower que les ha dado a estos valientes padres aliento y apoyo, como así también afecto para su pequeño hijo severamente discapacitado.

Los Haley han compartido sus aventuras en forma abierta con más de 100 mil seguidores en su página de Facebook “Prayers for Shane” (Oraciones para Shane). Ellos escriben: “Les pedimos sus oraciones y apoyo, y rogamos que Dios nos conceda todo el tiempo posible con nuestro hermoso hijo. Shane ya nos ha demostrado que cada día debe vivirse al máximo y eso es exactamente lo que nuestra pequeña familia está haciendo”.

¡Qué testimonio increíble de la dignidad de la vida! Esta hermosa pareja resistió no solo la presión de abortar a Shane por su afección médica, sino también la tentación de ocultarlo al mundo. Su historia demuestra que cada persona merece ser amada. Al compartir su viaje agridulce con los demás, han compartido a su hijo Shane Michael con una comunidad enorme que, a su vez, se ha unido para apoyar a la pareja en sus gozos, penas y temores. Que esta historia sirva de aliento para otras familias que enfrentan diagnósticos prenatales adversos.



Deirdre A. McQuade es subdirectora de comunicaciones pro-vida en el Secretariado de Actividades Pro-vida, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.