Anna Rose Riccard

18 de mayo de 2018

Defensores de la vida, tomen nota. Vengadores de Marvel: Guerra Infinita* recientemente tuvo el fin de semana de estreno más grande de la historia. Ya recaudó más de 1.6 mil millones de dólares en todo el mundo, y si no la has visto, seguramente conoces a alguien que sí. Esta superproducción cautivó la cultura y brinda una oportunidad perfecta para iniciar una conversación a favor de la vida.

Para quienes no conocen la historia, el villano de la película, Thanos, está en búsqueda de preparar el Guantelete del infinito. Esto le permitirá destruir la mitad de toda vida del universo con un chasquido de los dedos. Alguna vez vio desmoronarse su propia civilización, supuestamente por la superpoblación y la falta de recursos; desde entonces, viajó a diferentes planetas, asesinando a la mitad de sus habitantes para que no corrieran la misma suerte. Para Thanos, es mejor que muera la mitad de la población para que el resto pueda prosperar.

Este personaje villano es una personificación exagerada de un libro de historietas de un utilitarismo frío que existe detrás de muchos de los sentimientos contrarios a la vida que vemos en la actualidad. ¿Cuántos defensores del aborto aseguran que vivimos en un mundo de suma cero donde es mejor matar a algunos de los niños en el vientre en lugar de agotar nuestros recursos naturales finitos que los sostienen? ¿Cuántos políticos han hecho campañas por el "derecho" a suicidarse de los enfermos terminales y así liberar recursos valiosos para las personas más sanas?

Aunque la mayoría de la gente no asesinaría a la mitad de la población del universo por el bien "mayor", esta idea progresa de manera natural desde una lógica que hoy muchos consideran convincente. Aquí es donde puede comenzar una conversación con nuestros amigos que son contrarios o apáticos a la postura pro vida. Si vieron la película, les podemos preguntar por qué creen que está mal que Thanos mate a propósito a tantas personas, pensando que va a salvar a otras. Luego podemos usar como base la repulsión natural de nuestros amigos hacia la cruel actitud del villano para con el genocidio. Si resulta que su única objeción a su plan es su magnitud, podríamos invitarlos a ser más específicos: ¿cuántas muertes es un número aceptable para intercambiar por prosperidad y abundancia?

Desde aquí, la conversación puede ir en varias direcciones productivas. ¿Por qué algunas vidas se consideran más valiosas (para los personajes ficticios de la película y para nosotros) que otras? ¿Quién, si alguno, debería juzgar? ¿Por qué elegimos eliminar a la gente necesitada en lugar de trabajar para satisfacer las necesidades de todos?

La película Vengadores de Marvel: Guerra Infinita podría ser una oportunidad para conversar con amigos sobre el tema pro vida que de otro modo evitarían. Con pensar un poco estos temas de antemano, podemos comenzar desde un lugar de interés común ("¿No fue interesante la nueva película de los Vengadores?") y generar un diálogo amigable y productivo. Es una manera de poca presión de sembrar las semillas de la verdad de que cada vida es inherentemente valiosa y vale la pena protegerla.

*Las referencias no indican respaldo.


Anna Rose Riccard  es Asociada de programas para el Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información acerca de las actividades pro vida de los obispos, vea: www.usccb.org/prolife.