Obras maestras humanas (English)

Anne McGuire

6 de diciembre de 2013

Mientras miraba conmocionada, yo me seguía haciendo las mismas preguntas: ¿Cómo pueden estos soldados hacer esto? ¿Cómo pueden actuar con tanta brutalidad contra su prójimo? Estaba mirando una película sobre el Papa Juan Pablo II antes de ser papa, y las escenas eran de las acciones de los soldados nazis durante ese horrible período de la historia.

A lo largo de la película, seguía volviendo a esta conclusión: Se había olvidado el significado de ser humano. ¿Cómo podía una persona actuar con una crueldad tan inhumana y desalmada hacia otra persona? ¿Podría ser que ya no consideraban como personas a quienes eran víctimas de su violencia, pero los veían de una manera distante como infrahumanos, y por consiguiente no merecedores de respeto?

En un momento, Karol (que luego se convirtió en el Papa Juan Pablo II) aprende la lección fundamental que la respuesta al mal debe ser el amor. Sería tentador enceguecerse por el enojo hacia las personas responsables de tales atrocidades, pero esto sólo continuaría el ciclo de destrucción. Solamente el amor puede triunfar sobre el mal. Solamente la Verdad puede obtener la victoria. Y la verdad es que incluso quienes han cometido los peores crímenes fueron creados a imagen y semejanza de Dios.

Todas y cada una de las personas poseen una dignidad intrínseca que requiere nuestra reverencia. Sin embargo, ¿con cuánta frecuencia estamos predispuestos a ver a las personas que están ante nosotros como irrelevantes y de ninguna manera conectadas con nosotros? ¿Nos quedamos estancados en mirar cómo son diferentes a nosotros o en que tienen una opinión contraria? ¿Nos olvidamos de la maravilla que es cada persona?

A estas alturas, conocemos bastante las expresiones de amor del Papa Francisco hacia quienes a menudo la sociedad margina. Sin embargo, nos siguen emocionando las imágenes y relatos de cómo los acepta con un simple abrazo. ¿Por qué resuena tan claramente en nuestro corazón? ¿Podría ser que reconozcamos la verdad en sus acciones, una verdad que nos habla de la belleza de cada persona, incluso la nuestra?

Cada persona cuyo rostro se ha vuelto conocido para nosotros en los últimos meses posee una historia en la cual la persona tiene un papel principal. Cada una tiene un nombre. Dominic Gondreau, el niño estadounidense con parálisis cerebral, y Vinicio Riva, que tiene neurofibromatosis, son dos personas por medio de las cuales el Papa Francisco nos ha enseñado la tierna compasión que le debemos a nuestro prójimo. Lo que significa ser humano no se define por medio de nuestras habilidades, edad o condición de dependencia. Cada uno es “la obra prodigiosa” de sus manos” (Salmo 139,14). Dios, que es Amor, nos sostiene en la existencia.

Pidamos la gracias de ser conscientes de que “incluso los más débiles y más vulnerables, los enfermos, los ancianos, los no nacidos y los pobres son obras de artes creadas por Dios, hechas a su imagen, destinadas a vivir para siempre y merecedoras del máximo respeto y reverencia”.

Para tener un recordatorio visual de las lecciones de amor que nos enseña el Santo Padre, únase a mí para ver un video de un minuto basado en esta cita del saludo del Papa Francisco para la Jornada por la vida. Busque “Open Your Hearts to Life” en el canal de YouTube de usccb.

Anne McGuire es Coordinadora de proyectos especiales para el Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información sobre las actividades pro-vida de los obispos, visite www.usccb.org/prolife.

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