SAGRADA ESCRITURA

Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios. El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él.

Romanos 8,14-17
 

REFLEXIÓN EN SILENCIO

 

ORACIÓN

Padre celestial,

Eres el Autor de la vida y del amor.

Nos has llamado por nuestro nombre
y nos has hecho tus hijos y tus hijas,
y concibes un plan para nuestra vida.

Si es tu voluntad,
bendice a los que están buscando adoptar,
dales corazones generosos,
y envíales un niño a quien amar
y con quien compartir tu gran amor por nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
 

PETICIÓN A SAN JOSÉ

San José,

tú conoces el anhelo que hay en los corazones de
las parejas casadas que buscan adoptar.

Estas tienen mucho amor para dar
y desean compartir ese amor con un niño.

Tal como llevaste a María y Jesús
a tu hogar en Nazaret,
que la gracia de la paternidad les sea concedida.

Pedimos tu intercesión ante el Padre.

San José, padre putativo de Jesús, ruega por nosotros.
 

ORACIONES FINALES

Padre nuestro, Ave María, Gloria

 

 

 

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Los textos bíblicos de este trabajo se han tomado de los Leccionarios I, II y III, Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados.

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