Por el fin de la violencia perpetrada por las palabras ofensivas, las armas mortales, o la fría indiferencia. Que nuestros hogares, nuestra nación, y los países alrededor del mundo se conviertan en refugios de paz, roguemos al Señor.
Por la gracia de ver a cada ser humano como un hijo o una hija de Dios, sin importar la raza, lengua o cultura, roguemos al Señor.
Por la sabiduría de recibir las historias y experiencias de aquellos diferentes a nosotros, y de responder con respeto, roguemos al Señor.
Por la fortaleza de enseñar a nuestros niños cómo resolver diferencias sin violencia y con respeto; y por la valentía en nosotros de modelarlo en nuestro propio comportamiento, roguemos al Señor.
Por nuestra comunidad de fe, que celebremos y demos la bienvenida a los rostros diversos de Cristo en nuestras celebraciones de culto, en nuestros ministerios y entre nuestros líderes, roguemos al Señor.
Por nuestra comunidad de fe, para que respondamos con valentía al llamado del Espíritu Santo en tomar acción juntos y poner fin a la violencia y al racismo, roguemos al Señor.
Por sanación y justicia para todos aquellos quienes han sufrido violencia y racismo, roguemos al Señor.
Por la protección de todos los policías, bomberos y paramédicos quienes arriesgan sus vidas a diario para garantizar nuestra seguridad; por una vigilancia justa y balanceada que promueva la paz y el bienestar en todas nuestras comunidades, roguemos al Señor.
Por nuestros funcionarios públicos, para que se esfuercen en trabajar por una educación justa y viviendas adecuadas, lo mismo que igualdad de oportunidades de empleo para todos, roguemos al Señor.
Por nuestra parroquia, para que cultivemos la bienvenida, extendamos hospitalidad y animemos a la participación de personas de toda cultura, etnicidad y orígenes, roguemos al Señor.
Por la valentía de tener conversaciones difíciles sobre el racismo, y por una mejor apreciación de cómo tanto nuestras palabras como acciones -o incluso nuestro silencio- pueden impactar nuestras comunidades, roguemos al Señor.
Por la solidaridad en nuestra familia humana global, para que trabajemos juntos en proteger aquellos quienes son más vulnerables y necesitados, roguemos al Señor.
Amén.