Amoroso Padre,
Pedimos tu protección para todos aquellos que son explotados y esclavizados.
Pedimos por aquellos forzados a trabajar, por las víctimas del tráfico y la esclavitud sexual, y por todos a quienes se niega su libertad.
Te imploramos que los liberes de sus cadenas.
Concédeles protección, seguridad y empoderamiento.
Restaura su dignidad y concédeles un nuevo comienzo.
Muéstranos que podemos poner fin a la explotación abordando sus causas.
Ayúdanos a llegar y a apoyar a las víctimas y sobrevivientes del tráfico humano.
Haznos instrumentos de tu espíritu para su liberación.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, quien vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Extraído del folleto por el Día mundial de la paz 2015