“Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí”. (Mateo 19, 14)
Padre de amor, que miras con compasión a todos tus hijos, especialmente a aquellos que son vulnerables.
Que trabajemos en crear un mundo en el que todos los niños tengan acceso a alimentos, agua potable, vivienda, educación, atención médica y todos los demás derechos básicos.
Que enseñemos a los adolescentes sobre su papel en el trabajo por la paz, la justicia y el bien común.
Que actuemos juntos para garantizar que se respeten las vidas y la dignidad de los niños en todas partes.
Amén.
Como hijos de nuestro Padre celestial oremos: “Padre nuestro...”
(De la hoja de la USCCB para la Jornada Mundial de la Paz de 2012)