Dios eterno, creador y sustentador de la vida,
bendícenos con la valentía de defender toda vida
desde la concepción hasta la muerte natural.
Bendícenos con la fuerza de respetar a todos los pueblos
desde el este al oeste y del norte al sur,
para que podamos realmente seguir el llamado de Jesús de ser prójimos.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús,
quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo.
Amén.