Capítulo 7. La Buena Nueva: Dios Ha Enviado a Su Hijo
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Nuestro acceso a los Evangelios es posible al leer con fe los sagrados
textos, al escucharlos en la liturgia de la Iglesia y al atestiguar su mensaje
en nuestras vidas y en las vidas de los demás. Nos podemos beneficiar
altamente del gran número de comentarios bíblicos disponibles, así
como de los grupos de estudios bíblicos que son organizados por las
parroquias locales.
DIOS VERDADERO Y HOMBRE VERDADERO
¿Quién es Jesucristo? Él es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad,
concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen María. Él es Dios
verdadero y hombre verdadero.
El acontecimiento único y totalmente singular de la Encarnación
del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y
en parte hombre, ni que sea el resultado de una mezcla confusa
entre lo divino y lo humano. El se hizo verdaderamente hombre
sin dejar de ser verdaderamente Dios […] La Iglesia debió
defender y aclarar esta verdad de fe durante los primeros siglos
frente a unas herejías que la falseaban. (CIC, no. 464)
Debido a las diferentes herejías que se alejaron de la Tradición
Apostólica, la Iglesia tuvo que defender y clarificar el verdadero ser
de Cristo. El primer movimiento herético de gran importancia, el
Gnosticismo, negaba la humanidad de Cristo. Sus defensores enseñaban
que el cuerpo no era un hogar digno donde Dios pudiese residir. Pensaban
que la Encarnación no podía haber tenido lugar. La Iglesia afirmó la
verdadera venida de Cristo en carne mortal, nacido de la Virgen María.
Lo que es más, Cristo, en un cuerpo verdadero, realmente sufrió y murió
en la Cruz.
El Hijo de Dios […] trabajó con manos de hombre, pensó con
inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó
con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo
verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a
nosotros, excepto en el pecado. (GS, no. 22)