Capítulo 7. La Buena Nueva: Dios Ha Enviado a Su Hijo
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En tiempos recientes, la misión revitalizada de la Iglesia en África y Asia
es ahora un nuevo capítulo en su proclamación de Cristo al mundo.
Mientras que celebramos, correctamente, la rica variedad de las
culturas, también se nos recuerda que la unidad y la armonía en Cristo
constituyen el mayor valor y esperanza para la comunidad humana. No
debería haber un enfrentamiento entre culturas o civilizaciones, sino
más bien el crecimiento del respeto universal por la dignidad humana de
todos. Buscamos la unidad a la vez que honramos la diversidad étnica
y cultural. Esta es una unidad que refleja la unidad de la Santísima
Trinidad misma. La misión de la Iglesia Católica es el plan del Señor de
unir a todas las gentes en el amor de Jesucristo, el Salvador de todos.
Esta unidad nunca puede restar valor al carácter único de las culturas, el
cual el pluralismo reconoce y respeta.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE
1. ¿Por qué es importante para ti apreciar la verdad de que la persona,
palabras y obras de Jesús como aparecen en los Evangelios son
misterios que nos revelan el plan de Dios para nuestra salvación? Y
al revés, ¿qué pasa cuando se nos olvida esto?
2. El Nuevo Testamento y los primeros Concilios de la Iglesia afirman
con fe que Jesús es Dios verdadero y hombre verdadero. ¿Cuál es
el valor para nuestra fe de apreciar esta verdad de la Revelación?
¿Qué sucede si olvidamos cualquiera de los aspectos de la identidad
de Cristo?
3. ¿Cuál es tu experiencia de la diversidad cultural? ¿Cómo ha
influenciado esta diversidad tu sensitividad hacia los demás? ¿Por
qué es el plan de Dios el unir a todas las gentes mediante el amor de
Cristo un valor incluso mayor?
ENSEÑANZAS
• “La vida entera de Cristo fue una continua enseñanza: su silencio, sus
milagros, sus gestos, su oración, su amor al hombre, su predilección