Capítulo 6. El Hombre y la Mujer en Un Principio
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Este capítulo trata de dos aspectos fundamentales de la naturaleza
humana vista desde la fe: estamos hecho a imagen de Dios y, sin embargo,
estamos marcados por el Pecado Original.Estas verdades son responsables
de los conflictos interiores que experimentamos. Como personas hechas a
imagen de Dios, nos encontramos naturalmente atraídos hacia Él. Como
personas que cargan con el Pecado Original, tenemos la tendencia de
alejarnos de Dios.
Escogimos la historia de Rose Hawthorne Lathrop en este contexto
principalmente porque ella vio la imagen de Dios en los enfermos de
cáncer pobres de su tiempo.Pero ella también nos enseña cómo podemos,
alentados por Dios, vencer al egoísmo causado por el Pecado Original.
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CREADOS A IMAGEN DE DIOS
Dios quiso la diversidad de sus criaturas y la bondad
peculiar de cada una, su interdependencia y su orden.
Destinó todas las criaturas materiales al bien del género
humano. El hombre, y toda la creación a través de él,
está destinado a la gloria de Dios.
—CIC, no. 353
“Y creó Dios al hombre a su imagen […] hombre y mujer los creó” (Gn
1:27). Con un lenguaje figurativo y simbólico, las Sagradas Escrituras
describen a Dios creando al primer hombre y la primera mujer, Adán y
Eva, y colocándolos en el Paraíso. Fueron creados en amistad con Dios y
en armonía con la creación. La Iglesia enseña que en ese entonces ellos se
encontraban en un estado de santidad y justicia original, sin sufrimiento
ni muerte (cf. CIC, no. 376; GS, no. 18).
El primer hombre y la primera mujer eran cualitativamente diferentes
y superiores de todos los otros seres vivientes de la tierra. Habían sido
creados de una manera única a imagen de Dios, como lo son todos los
seres humanos, sus descendientes. ¿Qué significa esto? La imagen de Dios
no es una imagen estática, tatuada en nuestras almas. La imagen de Dios
es una fuente dinámica de energía espiritual interior que atrae nuestras